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En donde se narran las indagaciones sobre la alianza perdida de Ypógeios en la Santa Ciudad de Constantinopla

Siendo el octavo día del mes de octubre del año de Nuestro Señor Jesucristo de MCCXX, y tras la exploración del nivel superior del regio de la alianza, mis muy sabios señores Eric d’Ancelin seguidor de Criamon, Cháris Ex Miscellanea y Thubayta Bint Al-Hasan Al-Halqa Al-Shafiyya Ex Miscellanea deciden investigar más a fondo la historia de la anterior Alianza de Ypógeios situada en el Palacio de Nikerites, acudiendo para ello a ver al magus Tedoroeto seguidor de Criamon, de la Alianza de Xylinites.

Durante esta reunión, el magus Teodoreto interroga ampliamente en su condición de arché al noble Eric d’Ancelin sobre las actividades que este llevara a cabo en la ciudad de Selymbria el pasado julio, de las que ha tenido noticia por la reciente e inoportuna visita de la joven Dama Hannelora, hija del señor Vasileio Eiredopoios, que acudiera el día anterior al monasterio de Xylinites en busca del magus d’Ancelin, creyendo erróneamente que este era un monje que residía allí. Tras algunas disquisiciones sobre los actos del señor d’Ancelin en dicha ciudad, queda establecido que, aunque dicho magus actuó por cuenta de un poderoso noble mundano, Enrico Mauroceni, sus acciones no incurrían en cargos de interferencia con los mundanos por no atraer la ira de los mundanos sobre sus sodales, y por no utilizar ningún tipo de magia hermética en el transcurso de la investigación llevada a cabo a instancias de los Mauroceni.

Respecto a la historia de la Alianza de Ypógeios, Teodoreto les hace saber que dicha alianza fue fundada en el Año del Señor de MCCVI por los magi Antikles Periergos seguidor de Jerbiton, Polydora Charopós seguidora de Tytalus, Silenos Panagopoulos seguidor de Jerbiton y Cilla Ánthisi seguidora de Merinita, y existió en la ciudad durante aproximadamente cuatro años, hasta desaparecer misteriosamente en el Año del Señor de MCCX. Además, confirma que el símbolo grabado en el posible talismán encontrado en posesión del cadáver calcinado se corresponde al sigil del magus Silenos Panagopoulos. Narra también que, durante su existencia, los magi de Ypógeios contactaron con ellos con la intención de comerciar grandes cantidades de vis de Intellego por vis de otras Artes, en cantidades de alrededor de una torre de dicha vis (esto es, diez peones). Esto llama la atención de mis señores, ya que las fuentes de vis de la alianza consisten exclusivamente en las Artes de Rego y Vim, sin ninguna fuente conocida de la Técnica de Intellego. El magus Criamon informa también a mis señores que, tras la desaparición de la alianza de Ypógeios, se llevó a cabo una investigación hermética oficial al respecto, dirigida por el magus Georgios de Jerbiton de la alianza de la Tabula de Mikaelos, que era arché en aquella época, y con quien les recomienda hablar para obtener más información.

Considerando el mejor curso de acción para proseguir la investigación, mis señores deciden solicitar al muy noble señor Kóstas Allectoros o Émporos, socio comercial de la Alianza de Ourobóros, que indague entre los contactos comerciales de la ciudad, y al esbirro Theoclymenus y el guía Khalid que intenten obtener más información entre los mundanos de los alrededores del palacio, llevándoles estas investigaciones alrededor de una semana de trabajos.

Theoclymenus y Khalid indagan en el mercado cercano al palacio, localizando a algunos pequeños comerciantes a los que la alianza dejó algo de dinero en deuda al desaparecer. Estos les explican cómo, simplemente, los miembros de la alianza desaparecieron un buen día. Cuando las autoridades acudieron a investigar encontraron el palacio completamente vacío, y con señas que parecían indicar que los habitantes habían desaparecido sin repentinamente, tales como platos en la mesa, fogones encendidos, y demás. No se encontró, sin embargo, señal alguna de lucha, y las autoridades requisaron los bienes que se encontraron, repartiéndolos entre los acreedores. El mercader relata como, por ejemplo, él recibió como único pago un libro para el que no tenía ningún interés y que, afortunadamente para él, logró vender a un convento poco después, el de Xylinites. Preguntado respecto a la presencia de gatos, el mercader recuerda que estos eran muy comunes en el palacio en los tiempos de los Nikerites pero que, desde el asesinato de estos durante el abyecto saqueo de la ciudad, no se han vuelto a ver en las inmediaciones del edificio en las grandes cantidades que eran habituales por entonces.

Tras estas pesquisas, Khalid acude a los círculos de teatro y entretenimiento de la ciudad, averiguando que los magi de la alianza contrataban con frecuencia los servicios de actores y bailarinas, y celebrando actuaciones y obras al menos una vez por semana, siendo especialmente cercanos a las artes los magi Antikles Periergos y Silenos Panagopoulos. Este último parecía tener también un interés especial por los servicios íntimos de algunas de las bailarinas, que no tenían problema en complacer sus necesidades carnales por unos pequeños recargos. Los actores también habían tratado en ocasiones con la maga Polydora Charopós, de la que tenían una pobre opinión a pesar de sus intentos por mostrarse amistosa, probablemente a causa de los efectos de su Don. Por otra parte, parece ser que no habían tenido mucho contacto con la maga Cilla Ánthisi, a la que simplemente habían visto por el palacio en alguna ocasión escasa.

Por su parte, maese Allectoros indaga en el Gremio Comercial de la ciudad, averiguando que la alianza de Ypógeios subsistía principalmente como artesanos manufacturando libros, papel y material de laboratorio de vidrio, una buena parte de los cuales maese Allectoros piensa que se vendía dentro de la misma Orden de Hermes, a tenor de la disparidad entre las materias primas que compraban y los productos manufacturados que vendían entre los comerciantes mundanos. También localiza a uno de sus proveedores de materias primas, Thales de la familia Nasso, en cuyo empleo encuentra a tres supervivientes de la desgraciada alianza: un agente comercial llamado Lemnos, que se encontraba fuera del palacio cuando acaeció la desgracia, y los dos grogs que lo acompañaban. Interrogando a Lemnos, este le cuenta que lo que recuerda, a saber: que todos los habitantes de la alianza desaparecieron sin dejar rastro, tal y como ya se sabía por las indagaciones de Theoclymenus y Khalid; que poco antes de la desaparición habían visitado la alianza los magi Syagricus seguidor de Jerbiton y Evantia seguidora de Jerbiton, marchándose unos días antes de que desapareciera la alianza; y que el magus Antikles Periergos se había enfadado bastante unos días antes de la desaparición, porque se habían escapado algunas de las serpientes que tenían capturadas.

Finalmente, maese Allectoros averigua también, consultando los registros imperiales de la burocracia de la corte, que el Palacio de Nikerites había pertenecido a la familia Nikerites desde que se tiene constancia, y que dicha familia, exterminada en su totalidad durante el repugnante saqueo de la Ciudad de Dios de Constantinopla, había trazado sus raíces hasta la fundación de la ciudad por el Emperador Constantino, en el Año de Nuestro Señor de CCCXXX, bajo el nombre de Nova Roma Constantinopolis.

Tras estas averiguaciones, mis señores Eric d’Ancelin y Thubayta Al-Shafiyya se dirigen a la Alianza de la Tabula de Mikaelos, ya en el vigésimo segundo día del mes, para entrevistarse con Georgios de Jerbiton. Allí les recibe el magus Wilrich de Casa Flambeau, un enérgico y fervientemente cristiano miembro de la orden de origen germánico que acudió a Constantinopla junto a la Cuarta Cruzada pero que, al ver las atrocidades de los cruzados, se unió a los defensores de la Joya del Mediterráneo contra los cruzados, a los que tacha sin rubor de apóstatas y diabolistas. Les cuenta con fervor como batalló personalmente contra demonios que apoyaban a los cruzados durante la defensa de la Ciudad Santa, y como fue testigo él mismo de la terrible lucha en el Hipódromo entre la Hagka, una inmensa águila de dos cabezas que ha sido siempre la divina defensora del Imperio y parte del escudo de armas de la Ciudad, y una bestial criatura infernal, un demonio en la forma de un enorme leopardo negro bicéfalo alado, grande como un elefante. El vencedor del combate fue finalmente, según Wilrich, la criatura infernal, que hizo huir a la Hagka, gravemente herida. También según el Flambeau, el diabólico leopardo poseía una resistencia mágica que sus conjuros no lograron penetrar y, acorde a sus cálculos, de alrededor de décima magnitud. También afirma fervientemente el pío magus que todos los venecianos son diabolistas y consortes con demonios, y que el mismo Papa de Roma, Su Santidad Honorius Tertius, es un agente de Satán, pervertido por el Maligno o tal vez incluso consciente seguidor del Enemigo.

Enardecido por su narración, el magus Wilrich les hace partícipes de las aspiraciones de la alianza de la Tabula de Mikaelos, cuyo objetivo según él consiste en combatir contra las fuerzas infernales traídas por los venecianos al Imperio en general, y concretamente a Constantinopla de los Puertos, para restaurar así la grandeza de la Capital Imperial expulsando a los invasores latinos. A este efecto se encuentran embarcados en estos momentos en la búsqueda del paladio, un objeto que se encontraba guardado en una cámara bajo la Columna de Constantino junto a otras reliquias: doce cestas que contenían los fragmentos de las hogazas y pescados con los que Jesucristo alimentó a cinco mil, el hacha utilizada por Noé para construir el Arca, el frasco que contenía el perfume que la Magdalena vertió sobre la cabeza del Señor, y las cruces de los dos ladrones que fueran crucificados junto a Él en el Gólgota. Si el paladio y todas estas reliquias fueran restituidos, la guarda que protegiera otrora las murallas de Constantinopla contra los invasores sería restaurada. Es por ello, explica Wilrich, que justo antes del saqueo de la ciudad estos objetos fueron robados por alguien desconocido, pero que sin duda trabajaba para las Fuerzas del Maligno.

Tras la conversación con el magus Wilrich, mis señores hablan finalmente con el magus Georgios seguidor de Jerbiton, el que encabezara la investigación de la desaparición de la alianza de Ypógeios. Este les explica, con una actitud franca y abierta, que efectivamente investigó la desaparición de los magi de Ypógeios, junto a Teodoreto de Xylinites, y que al investigar encontraron el palacio completamente vacío, llamándoles especialmente la atención que el aura de la alianza había desaparecido, siendo sustituida por un aura divina de tercera potencia. Descubrieron entonces que se había generado un regio en el lugar, a donde había sido transportada el aura mágica de quinta potencia que fuera normal en la alianza, y obtuvieron acceso a dicho regio, no sin dificultades. Allí encontraron los cadáveres de los habitantes de la alianza, entre claras señales de combate, y los cadáveres de varias serpientes mágicas, destacando especialmente una de enorme tamaño de una veintena de yardas de longitud.

Tras examinar el regio, contactaron con el magus Syagricus, viajando a la Alianza del Jardín de Moero donde este reside, no sin alguna dificultad, y entrevistándose con él y con la maga Evantia. Syagricus se mostró colaborador y abierto, según explica el magus Georgios, pero Evantia fue algo esquiva y reacia a colaborar. Ambos les explicaron lo que sabían y les hablaron de la existencia de un regio con un aura de séptima potencia donde habitaba una mujer que parecía ser algún tipo de oráculo, y para acceder al cual los magi de Ypógeios se habían puesto en contacto con Evantia, dada su conocida experiencia en el área de las regiones. A la luz de esta información dedujeron ellos que no se había generado espontáneamente un regio, sino un nuevo nivel de un regio ya existente, suceso mucho menos inaudito que la primera hipótesis que habían barajado.

A su vuelta, los magi Georgios y Teodoreto intentaron acceder al nivel superior del regio, sin éxito. Tampoco lograron, en ningún momento de la investigación, hablar con Ypógeios, el genii loci del palacio y patrón de la alianza del mismo nombre.

Finalmente, la comisión de investigación decidió que la aparición del nuevo nivel del regio debía haber sido el resultado de un experimento desastroso de laboratorio, y que los magi debieron morir a manos de las serpientes, por motivos desconocidos, aunque sus cuerpos nunca fueron encontrados. A los tres años se les dio oficialmente por muertos.

Haghia SophiaTras conversar con el magus Georgios, mis señores Eric de Criamon, Cháris Ex Miscellanea y Thubayta Ex Miscellanea acompañan a Wilrich de Flambeau a la catedral de Haghia Sophia, donde constatan que, tal y como les explicó el germánico, existe una poderosa aura de naturaleza infernal en la nave central, que mi señor d’Ancelin confirma que es de aproximadamente séptima potencia. El santo padre Simón Ristopoullos visita posteriormente la catedral acompañado de Theoclymenus, bajando también a las criptas que hay bajo la nave central en compañía de un sacerdote, y entre ambos constatan que el origen del aura es, efectivamente, el asesinato de más de un millar de sacerdotes y fieles ortodoxos inocentes a manos de los cruzados, durante el saqueo de la ciudad, y que la nefasta aura se adscribe únicamente a la nave, sin permear a las criptas que hay debajo.

No pasa desapercibido al vivo intelecto de mis siempre sabios señores una cierta disparidad entre lo narrado por el magus Teodoreto de Xylinites, y lo narrado por el magus Georgios de la Tabula de Mikaelos, ya que el primero afirmó no haber participado en la investigación, mientras el segundo declaró haberla realizado juntamente al primero. Extrañados por este hecho, mi señor Eric d’Ancelin escribe sendas misivas a ambos citándolos en Ourobóros, donde les confronta con tan singular paradoja. Ambos magi se reafirman en su versión, y se muestran muy extrañados por la del otro, así que se decide consultar con los grogs de ambas alianzas. Tanto los de Xylinites como los de la Tabula de Mikaelos afirman que el magus Georgios realizó la investigación él solo, de lo cual los magi deducen que los recuerdos del Jerbiton han sido alterados.

Recapitulando sobre su memoria de los acontecimientos, Georgios se da cuenta que en sus recuerdos él entregó a Teodoreto el libro que encontraron en Ypógeios y que contenía los textos de laboratorio de Antikles Periergos durante los cuatro años de existencia de la alianza, así como las reservas de vis que encontraron, que subían a un monto total de alrededor de tres reinas de vis (esto es, unos trecientos peones). Sin embargo, Teodoreto afirma no saber nada de todo esto, y explica así mismo que Georgios declaró en la vista en el Tribunal que no se había encontrado nada en Ypógeios, otro hecho que no coincide con los recuerdos del Jerbiton. También habla el magus Georgios sobre un asalto pirata que sufrieron en el viaje de vuelta de visitar la alianza del Jardín de Moero, que en sus recuerdos se saldó al hundir Teodoreto la nave insignia de los saqueadores, mientras que los grogs que le acompañaban aseguran que Teodoreto no iba en el viaje, y que la nave en verdad asaltó el barco en el que viajaban, luchando brevemente con la tripulación antes de ser expulsados de vuelta a su propia embarcación.

Los magi postulan varias hipótesis respecto a lo sucedido a la memoria del magus Georgios, pero ninguna se muestra suficientemente satisfactoria: ¿Si el objetivo era obtener la vis y el libro, por qué no borrar totalmente su existencia de su memoria, ya que claramente el autor podía eliminar recuerdos, como el del contenido de los textos de laboratorio? ¿Si el falso recuerdo es el resultado de un Ocaso del magus Georgios, por qué no recuerda haber entrado en Ocaso, ni había cambiado su comportamiento en ningún aspecto? ¿Si Teodoreto o Georgios mienten, por qué descubrir su propia mentira dirigiendo a mis señores a hablar con el otro? Y finalmente, ¿por qué no alterar también la memoria de los grogs que acompañaban al magus Georgios de Jerbiton en la investigación de Ypógeios y en el viaje al Jardín de Moero?

Índice de contenidos de los anales

En donde se relata como un gato condujo a los magi de la Alianza hasta un nuevo nivel desconocido del regio, y lo que allí encontraron

Siendo el séptimo día del mes de octubre del año de Jesucristo Pantokrator de MCCXX, el siempre mensurado maese Hyperides Hylas de Verditius encuentra en su paseo matutino por las dependencias de la alianza un gato que, en contra de lo que es habitual en los animales carentes de conocimiento o intelecto, no se muestra espantado por su presencia ni intimidado por los efluvios místicos que de su Don emanan. Espoleado por la curiosidad ante este suceso sorprendente, maese Hylas decide seguir a este peculiar animal, que parece interesado en conducirle a una zona todavía sin limpiar de la alianza. Allí, en uno de los pasillos que parten del patio principal, parece instarle a seguirle más allá de una sección en la que el techo se ha derrumbado, bloqueando el paso.

Maese Hylas, según la dignidad de su condición de prohombre, hace llamar a unos sirvientes para que procedan a limpiar los escombros. Mientras los sirvientes proceden a franquear el acceso, maese Hylas envía siguiendo los dictados de la prudencia a investigar al innoble Theoclymenus y al guía infiel que trajera consigo la maga Thubayta Al-Shafiyya, el árabe Khalid. Estos avanzan más allá de los trabajos de limpieza, siguiendo al felino por unas escaleras que descienden a una cámara bajo tierra constituida en su mayor parte por un estanque subterráneo artificial con varios canales que se adentran en la oscuridad, donde el minino parece instarles a seguirle por la única salida que no es un canal, un arco a través del cual Theoclymenus asegura que se puede acceder a otro nivel del regio en el que se alza el palacio de la alianza. Movidos por la cautela, los dos siervos retroceden para informar a su amo, que ejerce su siempre buen juicio y resuelve poner estos hechos en conocimiento del resto del Consejo de Miembros, convocando una reunión de carácter excepcional.

Reunidos pues los muy sabios magi de la Orden de Hermes Hyperides Hylas seguidor de Verditius, Cháris Ex Miscellanea, Eric d’Ancelin seguidor de Criamon y Thubayta Bint Al-Hasan Al-Halqa Al-Shafiyya Ex Miscellanea, expone el magus Hyperides Hylas lo acontecido, y se decide por votación unánime investigar la cámara y al inusual felino. A este fin se reúne una expedición encabezada por los magi Hyperides Hylas de Verditius, Eric d’Ancelin de Criamon y Cháris Ex Miscellanea, y compuesta del capitán Elias Moschus, los grogs Genesio, Hyaleo y Pholo, y el guía Theoclymenus. Para la expedición se asigna a Pholo el papel de grog escudo del magus Hylas, a Hyaleo el de grog escudo de la maga Cháris y a Genesio el de grog escudo del magus d’Ancelin. Como medida de seguridad en caso de que se encuentren problemas, el Consejo de Miembros aprueba que los magi de la expedición lleven consigo parte de las reservas de vis de la alianza, para disponer de ellas en caso de emergencia, tomando consigo maese Hylas dos peones de Rego y maese d’Ancelin tres peones de Rego.

El grupo regresa a la cámara subterránea, donde el gato sigue esperándoles, conduciéndoles por el pórtico hacia una escalera que asciende de nuevo. Theoclymenus, gracias a sus extrañas dotes oculares, dice percibir que han penetrado en un nivel superior del regio, y los magi confirman que se encuentran ahora en un aura de séptima potencia, aparentemente un nivel superior del regio hasta ahora desconocido. La escalera les conduce de vuelta al patio principal con columnas, pero pronto se aperciben de discrepancias con el patio que ya conocen, ya que la construcción aquí resulta reminiscente del estilo arquitectónico clásico, los edificios que rodean el claustro tan solo tienen una planta de altura, el jardín se encuentra poco cuidado y poblado de hierbas altas, y la figura del estanque central, que debiera ser una estatua de un pez de cuya boca brota ocasionalmente un poquito de agua, hay una fuente con una estatua de una mujer con los ojos vendados sosteniendo un ánfora, de la que mana agua constantemente.

Decidiendo ignorar al felino, la expedición se dirige al pórtico que da acceso al patio posterior, donde se encuentran los sanctum de los magi. La antesala del pórtico está decorada con un fresco a lo largo de sus paredes que muestra a una mujer sentada sobre un taburete de tres patas recibiendo a una cola de hombres, y que la muy perspicaz maga Cháris Ex Miscellanea indica que le resulta reminiscente de las representaciones de oráculos y sibilas, que habitualmente se muestran sentadas sobre taburetes similares. Esta antesala contiene otro portal, que en lugar de franquear el acceso al patio posterior, da en este caso paso al exterior del edificio, que parece limitarse únicamente al patio principal y las salas que lo rodean. Al otro lado del dintel se puede ver un claro de hierba alta con una gran roca de la que mana un manantial de agua que se acumula en un pequeño estanque natural a su pie, rodeado todo ello por un bosque de higueras bajas. Los muy sabios magus comentan entre sí, sorprendidos, que este nivel del regio parece ser mucho mayor de lo esperado por ellos.

Encontrándose ya prestos a acceder al claro, la preclara intuición de la compasiva maga Cháris la impulsa a advertir al grupo de un peligro inminente, y el sicario Theoclymenus haciendo alarde de una aguda perspicacia advierte de la presencia entre la hierba de pequeñas serpientes amarillas con marcas de diamantes negras en la espalda, deteniendo a una de ellas antes de que pueda atacar a Genesio. Considerando el peligro de la situación, y ante la insistencia del felino que parece estar intentando atraer la atención del muy prudente magus Hylas de vuelta hacia el patio, mis señores deciden regresar al patio, siguiendo al minino que les conduce hacia una de las salas que lo rodean antes de desaparecer saltando al exterior por una ventana. Allí el grupo encuentra una pavorosa escena, pues la sala se encuentra completamente calcinada, con un largo banco de piedra en el centro que ha sido desplazado por un extremo hasta la pared posteriormente a la incineración de la estancia, y el cadáver al fondo de una persona, a penas ya un esqueleto carbonizado, que parece haber muerto sujetando un nutrido conjunto de pergaminos entre sus brazos, también completamente abrasados.

Un primer examen de los pergaminos quemados permite recobrar algunos fragmentos aún legibles, pero escasos y difíciles de relacionar. Tras una lectura de los mismos, el siempre lúcido magus d’Ancelin dice pensar que se trata de alguna especie de diario de uno de los magi de la alianza de Ypógeios, la anterior alianza que estuvo instalada en este palacio de Nikerites. La maga Cháris cree recordar que dicha alianza estuvo asentada aquí poco después del sangriento, aborrecible, execrable, abominable saqueo de la más grande, santa e ilustre de todas las ciudades de la cristiandad, Constantinopla, Puerto del Mediterráneo, devastada por la codicia y la sed de sangre de los falsos cruzados heréticos y apóstatas a la Fe. Sin embargo, la compasiva maga no recuerda con precisión los detalles de aquella alianza perdida, ni los pormenores de las circunstancias de su desaparición.

A la luz de la narración de los textos, mis señores intentan comunicarse con el espíritu del palacio de Nikerites, que les responde incluso en este nivel superior del regio, pero se muestra reacio a contestar preguntas relativas a los habitantes de la anterior alianza, manifestando únicamente que desaparecieron por no hacer caso a sus consejos, y conminando a mis señores a abandonar el lugar y volver al nivel inferior del regio.

Mis atentos señores conjeturan la posibilidad de que el cadáver encontrado pudiera ser el de uno de los magi de aquella desdichada alianza, especialmente a tenor de un objeto que pende aún de su cuello, y que los preclaros magi coinciden en pensar que pudiera tratarse de su talismán. Mientras maese d’Ancelin prosigue la exploración del lugar con Theoclymenus, mi señor Hylas y mi señora Cháris prosiguen el examen de la sala, llegando a varias hábiles conclusiones, como que el cadáver lleva muerto al menos una década a tenor de su estado actual; que el banco fue movido mediante la magia, ya que no hay marca alguna en el hollín de manos que lo empujaran; que al moverlo impactó con fuerza contra la pared, hiriendo a alguien que llevaba ropajes blancos vaporosos, probablemente un vestido de mujer; que esta persona salió caminando, descalza y herida, después de recibir el golpe, aunque el deterioro de las huellas a causa del tiempo transcurrido desde que se dejaran y el paso de varios animales pequeños por el lugar impiden determinar el tamaño del autor, su género u otra información útil; y que se encontraba ya dentro de la sala cuando esta fue incinerada, pues hay marcas de salida en el hollín, pero no de entrada.

Mapa del nivel superior del regio

Al tiempo que esto ocurre, mi señor el magus d’Ancelin explora otras estancias del claustro, enviando a su sicario Theoclymenus por delante a recabar similar información. Este último encuentra una sala llena de ánforas aparentemente de vino, algunas de ellas rotas; otra sala con el techo hundido, partiendo una gran mesa de piedra que había en el centro, con los escombros sembrados de viales rotos, restos de cristal, y otros objetos que podrían hacer pensar en un laboratorio hermético; otra sala llena de pequeños fragmentos de terracota en los que hay textos inscritos que pasa a examinar el muy ilustre señor d’Ancelin; otra sala vacía; y una antesala recibidor con grandes portones rotos, que da al exterior del edificio por la parte frontal, permitiendo a Theoclymenus observar unos establos de madera arruinados junto a la entrada, por la parte de fuera, y un camino que se aleja del edificio, adentrándose en el bosque de higueras.

El examen de los fragmentos de terracota lleva al preclaro magus d’Ancelin a pensar que pudiera tratarse de un registro de respuestas de un oráculo de algún tipo, aunque la ausencia de un registro de las preguntas dificulta interpretar las respuestas o incluso confirmar si la teoría es correcta. Entre los escritos que revisa, unos pocos de entre lo que a primera impresión parecen más de doscientos fragmentos, encuentra textos como “Las pezuñas del caballo hollarán la media luna” o “El águila bicéfala devorará a la negra pantera alada”.

Todo este proceso de investigación, sin embargo, se ve repentinamente interrumpido ante el ataque de unas pequeñas pero numerosas serpientes, prontamente avistadas por el vigilante Theoclymenus, que da la voz de alarma al advertir que se acercan entre las hierbas del patio. Los grogs se aprestan a defender a los magi a su cuidado, rebanando las serpientes con tanta presteza como pueden mientras evitan sus mordeduras, sin duda venenosas, y ninguno se aplica tan eficazmente en esta tarea como el enérgico Theoclymenus, que en ocasiones llega a decapitar a dos y hasta tres serpientes de un solo sesgo de espada. Sin embargo, la aparición de nuevas y mayores áspides, estas de naturaleza mística según mis señores magi, obliga al grupo a replegarse, pues las sierpes mágicas escupen un veneno de índole no natural que abate a Genesio y Pholo. No es sino la oportuna aparición de mi señora Cháris, habiendo tomado sabiamente la forma de una temible águila, que aterra a los ofidios y provoca que se retiren amedrentados, proveyendo al grupo del espacio necesario para retirarse a la escalera, abandonando el nivel del regio, pero con el temple y la disciplina necesarios para no dejar atrás a los caídos, y para llevarse consigo los cadáveres de las serpientes mágicas, que mis señores determinan posteriormente que contienen un total de diez peones de vis de Animal, a razón de dos peones por serpiente.

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En donde se relata la llegada de una misiva de la Tabula de Mikaelos y la respuesta que se le dio

En fecha del tercer día del mes de octubre del Año de Nuestro Señor de MCCXX, es llegada a la alianza de Ourobóros una misiva procedente de la alianza de la Tabula de Mikaelos que, siguiendo la costumbre hermética en el Tribunal, relata de forma alegórica una historia de la que puede desprenderse el auténtico significado del mensaje. Junto con la misiva se encuentra también una pequeña piedra conteniendo un peón de vis de Terram, un obsequio sin duda como muestra de buena voluntad.

En la historia contenida en el mensaje se relata cómo un individuo de nombre Fylakas, un hombre de tez cenicienta, pasea por Constantinopla la Grande, Joya y Corona del Mundo, encontrando en su deambular un palacio en ruinas. Tomado por la curiosidad, Fylakas entra en el palacio, visitando sus salas y admirando la grandeza de la que otrora gozara. Durante este periplo, Fylakas encuentra al espíritu del palacio, que le da la bienvenida al mismo, intercambiando ambos regalos de buena voluntad y entablando una discusión filosófica sobre la naturaleza de la colaboración y los beneficios de la misma. De la conversación derivan ambos la conclusión de que podrían trabajar juntos para devolver la grandeza a su ciudad y convencer a sus hermanos de que colaboren en tan noble misión; coincidiendo también que sería beneficioso para este proyecto contar con la ayuda de su tercer hermano, algo distanciado y alejado de estos asuntos. Tras la conversación, Fylakas abandona el palacio, despidiéndose amistosamente de su anfitrión y deseándole todo lo mejor, expresando así mismo el deseo de verle pronto cuando toda la familia se reúna en fecha cercana, momento en el que espera que sin duda le apoye en sus intentos de convencer a sus mutuos hermanos de la importancia de su objetivo común.

Mi muy sabio señor Hyperides Hylas seguidor de Verditius y mi muy noble señora Cháris Ex Miscellanea tienen a bien interpretar el contenido de la misiva para el resto de magi de la alianza, Eric d’Ancelin seguidor de Criamon y Thubayta Bint Al-Hasan Al-Halqa Al-Shafiyya Ex Miscellanea, partiendo de la comprensión de que Fylakas representa a la misma alianza de la Tabula de Mikaelos, ya que su nombre coincide con el del patrón de esta alianza; que el palacio en ruina representa a la propia alianza de Ourobóros; que el tercer hermano representa a la alianza de Xylinites, tercera y última alianza hermética de la ciudad; y que la familia representa a la Orden o al Tribunal, y la cercana reunión representa el Tribunal que tendrá lugar el próximo año del Señor de MCCXXI. Partiendo de estas bases, extraen el siguiente significado: que la alianza de la Tabula de Mikaelos da la bienvenida a nuestra alianza de Ourobóros a Constantinopla la de los Mil Puertos, al Tribunal de Tebas, y a la Orden de Hermes en general; que les expone su voluntad de trabajar juntos para restaurar la grandeza de la muy noble Constantinopla, Ciudad Entre Ciudades, propósito que por otra parte es el objetivo al que está oficialmente dedicada la alianza de la Tabula de Mikaelos; que les insta a ayudarles a convencer a los magi de la alianza de Xylinites para que se unan a esta causea; y finalmente que les ruega que les den su apoyo en las votaciones del Tribunal del año próximo en las cuestiones relativas a este asunto.

Con estas cuestiones en mente, mis nobles y sabios señores discuten la respuesta más adecuada que enviar a la alianza de la Tabula de Mikaelos, llegando finalmente a la conclusión de que lo más adecuado es mantener una posición neutral respecto a estos asuntos políticos, en los que no están aún muy versados, especialmente a tenor de su desconocimiento de la situación política del Tribunal. Coinciden sin embargo en que no es prudente rechazar de plano la invitación, intentando mantenerse en la fina línea en la cual ni se acepta ni se rechaza la oferta. La respuesta es redactada con buena mesura y buen hacer por maese Hyperides Hylas, y enviada de vuelta a la alianza de la Tabula de Mikaelos junto con un obsequio de un peón de vis de Rego.

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En donde se relata el nacimiento de Europa, hija de Cháris Ex Miscellanea

Habiendo llegado el vigésimo tercer día de agosto del Año de Cristo Pantokrator de MCCXX, la muy benévola, compasiva y bondadosa Cháris Ex Miscellanea, en estado de buena esperanza durante la mayor parte de este dichoso año, rompe finalmente aguas, empezando las labores de parto bajo la diligente asistencia de la comadrona Lede, escogida personalmente por la maga para ello. Tras seis horas de alumbramiento, y sin ningún incidente o ni contratiempo, da a luz a una niña sana de ojos azules y buen peso.

La niña es bautizada bajo la fe Ortodoxa en la capilla de la alianza por el padre Simón Ristopoullos al tercer día, con el nombre cristiano de Europa.

Durante los primeros meses, como es habitual, los ojos cambian progresivamente de color, pero tiene lugar el siguiente portento: que tan solo uno de ellos se oscurece, tomando paulatinamente el color castaño, mientras el otro conserva el tono azul de su nacimiento.

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En donde se relata cómo la Alianza evitó que se enviara uno de sus navíos ayudando a un comerciante veneciano a investigar a la familia de su futuro yerno

Con motivo de la Quinta Cruzada declarada por Su Santidad el Papa Innocentius Tertius de Roma e iniciada por su sucesor, Su Santidad Honorius Tertius, el Imperio Latino de Constantinopla se encuentra en la necesaria obligación de colaborar al esfuerzo de la Guerra Santa enviando cuantos bajeles de guerra pudiera al asedio de Damietta, que se iniciara en el Año de Nuestro Señor de MCCXVIII y sigue hasta el día presente. A este efecto, el Consejo Imperial regente declara en el vigésimo tercer día del mes de julio del año de Nuestro Señor de MCCXX una leva sobre los navíos comerciales de la ciudad para que sean enviados a Damietta, dejando a discreción del Gremio Comercial la selección de aquellos bajeles que debieran cumplir con esta obligación. La Celeno, una de las dos embarcaciones de la casa comercial de Allectoros de la que es socia la Alianza de Ouróboros, junto con la Maia (ambas son nefs o cocas), se encuentra en estas fechas anclada en el puerto de Constantinopla, Encrucijada del Mundo, arriesgando pues ser designada por el Gremio. Acaece que el Gremio está controlado por los comerciantes francos, especialmente aquellos de origen veneciano, ante lo cual el muy noble maese Kóstas Allectoros o Émporos alberga sospechas respecto a que estos orquestarán que el envío esté compuesto principalmente por bajeles griegos.

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En un intento de decantar la votación para que la Celeno no sea elegida entre aquellos navíos que deberán cumplir las obligaciones del Gremio, el siempre inspirado maese Kóstas Allectoros se pone en contacto con un importante miembro de la familia Mauroceni, el muy poderoso e influyente Enrico Mauroceni, para solicitarle que intente decantar la votación de tal forma que la Celeno quede excluido de la lista. El señor Enrico Mauroceni accede a ayudar a la casa comercial, a cambio de que esta le ayude a él en un asunto familiar. Según ha oído decir, la casa comercial tiene tratos con la Orden de Hermes, de la que tiene un vago conocimiento y la idea de que se trata de una orden mística de sabios y hechiceros. A cambio de su ayuda en la selección de barcos, sugiere a Kostas Allectoros que la casa comercial podría usar sus influencias en la Orden de Hermes para que estos investiguen a una familia noble y mercante griega con la que va a casar a una de sus hijas, María Mauroceni, ya que corren rumores de que esta familia, los Eiredopoios, tienen tratos con criaturas sobrenaturales de los mares, a los que deben la buena fortuna que experimentan sus barcos, famosos por no sufrir nunca los embates de la tormenta. Según Enrico Mauroceni, cuentan los rumores que Sanartemidos Eiredopoios, el señor de la familia, está casado con una Nereida o Silke, que arrebató al mar robándole su velo, y a cuya influencia debe su buena fortuna.

Aprovechando una visita a Selymbria, población donde habita el señor Eiredopoios, que realizará el enviado de la familia Mauroceni David Sipeio, en el cuarto día del mes de agosto, para atender una celebración realizada por Sanartemidos Eiredopoios con motivo de las próximas nupcias de su hijo Phineas Eiredopoios y María Mauroceni, el muy noble y sabio Eric d’Ancelin acompaña al enviado de la familia Mauroceni para poder así investigar a la familia Eiredopoios. Le acompañan maese Allectoros y el padre Simón Ristopoullos, junto con un grupo de cuatro grogs destinados a velar por su seguridad. Paralelamente, Theoclymenus es enviado a Selymbria en secreto, viajando en solitario, para realizar investigaciones adicionales que puedan beneficiarse de una mayor discreción.

Tras tres días de viaje, Theoclymenus llega a las inmediaciones de Selymbria, acampando cerca de la playa que ocupa la cala adyacente a la desembocadura del río en la que se encuentra la población. El mismo día, pero al atardecer, la comitiva del enviado David Sipeio arriba a Selymbria con mis señores, que han tenido ocasión de conocer al resto de integrantes de la compañía, el consejero Carlo Aggrinio y los cuatro hombres de armas de los Mauroceni que velan por su seguridad. Una vez en Selymbria, son recibidos en el castillo con agasajo por el señor Sanartemidos Eiredopoios, y su castellano Aetos. Tienen allí la ocasión de conocer a la esposa del señor Sanartemidos, Vesna, y a su hijo Phineas, prometido de María Mauroceni. También tienen ocasión de conocer a algunos otros invitados al festín, entre los que se encuentra el hermano del señor Sanartemidos, Vasileio Eiredopoios, que ha acudido junto a su esposa Andrómeda y su joven hija Hannelora, y la hija del señor Sanartemidos, Livana, junto a su marido Kalchias y el infante hijo de ambos, Eurus, de cuatro años de edad.

El pío padre Simón, por su parte, se instala en el pueblo en la iglesia dedicada a San Ictícola de los peces, bajo la hospitalidad del anciano sacerdote Scopas Dariopoulos, pudiendo conocer a su esposa Lysandra. Mientras tanto, el siempre prudente maese Allectoros aprovecha la ocasión para entablar contacto con Vasileio Eiredopoios, comerciante local en la cercana Pyramus, sentando las bases de un posible negocio para la casa comercial, al ofrecerle la posibilidad de transportar los vinos que se elaboran en sus tierras y venderlos en Constantinopla la Grande, la Joya de las Mil Cúpulas. Durante la cena, el señor d’Ancelin tiene a bien rebajarse a comer con la servidumbre, dando nuevamente muestra de su mesura y empeño, y aprovechando la ocasión para comprobar que nada místico parece emanar de las figuras del señor Sanartemidos, su noble esposa o los hijos de ambos.

Tras la cena, el señor d’Ancelin se reúne con Theoclymenus en el lugar donde este se oculta, y el temible sicario le comunica el resultado de sus intrigas, pues parece haber advertido como los pescadores locales dejan ofrendas de pescado en la linde del mar, para que la marea las barra, ofrendas que, según él, son recogidas por espíritus de las olas que se las llevan consigo a las profundidades oscuras del Mármaro. El señor d’Ancelin utiliza su magia para intentar percibir a estos espíritus, sin éxito, pero en el proceso atrae su atención, según le explica Theoclymenus. Estos parecen retirarse, pero el cántico del mar ejerce una influencia mesmerizante sobre el sicario, influencia contra la cual la Parma Magica del señor d’Ancelin protege al excelso hechicero, permitiéndole retener a su secuaz antes de que perezca ahogado bajos las aguas del Mármaro, una nueva muestra de su generosidad y preocupación por los meros mundanos que obramos bajo su protección.

Tras este encuentro Theoclymenus, bajo las órdenes del señor d’Ancelin de Criamon, interroga a la mujer de uno de los pescadores, aquella que dejara las ofrendas, de nombre Alkyone, y averigua que los pescadores realizan dichas ofrendas a los espíritus del mar para asegurarse el salvo retorno de sus hombres de la mar, y que en el centro de estas viles actividades paganas se encuentran el castellano del señor Eiredopoios, Aetos, y el capitán de sus dos navíos mercantes, Creon, ahora ausente.

El pescador y la sirena, de Frederic Leighton

Mientras estos hechos tienen lugar en las playas del pueblo, el muy santo padre Simón mantiene una provechosa conversación con el padre Scopas, durante el transcurso de la cual le interroga sobre la esposa del señor Sanartemidos, Vesna. Al parecer, el padre Scopas no aprueba el matrimonio, que según cuenta tuvo lugar dieciséis años atrás. De acuerdo con la narración del padre Scopas, la esposa del señor Eiredopoios llegó a Selymbra en el Año de Nuestro Señor de MCCIV desde Constantinopla la Grande, acompañando a su hermano Creon, el cual comandaba los dos navíos a bordo de los cuales arribaron, el Beso de las Aguas y el Espuma de Mar. El padre Scopas sospecha que se trata de dos saqueadores que robaron las embarcaciones durante el saqueo de Constantinopla a las sangrientas manos de los viles usurpadores latinos, ya que aseguraban ser comerciantes libres pero no pertenecer a ninguna familia nobiliaria. El señor Eiredopoios les acogió y contrajo poco después nupcias con la hermana, Vesna, y tomó al hermano, Creon, bajo su protección, a cambio según el sacerdote de poder disponer de las embarcaciones y su experiencia marina. También se hallaba en esta compañía el actual castellano del señor, maese Aetos, que igualmente recibiera un puesto de favor en el castillo.

También se lamenta amargamente el sacerdote de la pronta muerte del padre del señor Sanartemides, Aindreas Eiredopoios, que marchó a Constantinopla tras el saqueo para jurar vasallaje a los usurpadores, y desapareció en la capital Imperial. Se muestra así mismo resentido ante lo que considera esfuerzos insuficientes para localizarlo ya que, según cuenta, el señor Sanartemides se limitó a visitar la ciudad brevemente en compañía de su senescal, Korba, volviendo al poco tiempo asegurando que resultaba imposible dar con el paradero de su padre. El padre Simón, en una nueva muestra de cristiana caridad, se ofrece a ayudar a averiguar qué fuere del señor Aindreas Eiredopoios una vez regrese a Constantinopla, la Joya del Mediterráneo.

Al día siguiente, el sicario Theoclymenus mantiene vigilancia del pueblo de pescadores, para asegurarse de que Alkyone mantiene la promesa de secreto que este le arrancara. Durante la mañana observa como la mujer se reúne con otras mujeres del pueblo y, al poco, una de ellas marcha junto con otra y un zagal hacia Selymbria. Theclymenus se dirige al camino que conduce del poblado de pescadores a Selymbria, donde prepara una emboscada con la intención de matar a la mujer antes de que alcance Selymbria. Durante el ataque, la voluntad de Nuestro Señor Pantokrator detiene la mano del sicario, y Su sabiduría le hace ver que matar a una inocente es un acto contra su voluntad, demostrando una vez más que hasta el más abyecto pecador es digno de salvación si escucha la Voz de Dios. Iluminado por la fe, Theoclymenus deja libre e indemnes a las mujeres y el zagal, que retornar al poblado de pescadores, donde se reúnen con Alkyone, dando muestras suficientes de espanto y sumisión con sus actos como para satisfacer al asesino sediento de sangre.

Durante el mismo día, mis señores Eric d’Ancelin y maese Kóstas Allectoros participan de la cacería que organiza el señor Eiredopoios con motivo de los festejos de la noche. En el transcurso de dicha cacería, el mis señores se unen al grupo de Vasileio Eiredopoios, donde la hija de este, la joven Hannelora, entretiene su fascinación por mi señor d’Ancelin. Es en el transcurso de esta cacería cuando, estando el señor d’Ancelin en única compañía de la hija del señor Eiredopoios, su dama de compañía, y el grog Genesio, una bestia salvaje, un jabalí enloquecido, surge de improviso de entre los matorrales, cargando contra ellos. Dada cuenta de su noble naturaleza y su elevado carácter, mi señor d’Ancelin se interpone en el camino de la bestia, usando de su magia para apaciguarla, ante la sorpresa de la hija del señor Vasileio, aunque sin que se percate de ello su dama de compañía. Aduciendo el estado de alteración que ha sufrido, el siempre prudente señor d’Ancelin se retira del resto de la cacería, escapando así de las inquisitivas preguntas de la joven dama Hannelora. Su pronto retorno le permite constatar que los barcos del señor Eiredopoios han retornado ya, trayendo consigo al capitán Creon.

Ya al anochecer, y teniendo una idea más o menos clara de la situación, el señor d’Ancelin y su sirviente, Theoclymenus, se dirigen a Selymbria en secreto, acudiendo a la casa del capitán Creon. Allí espían una conversación entre este y su esposa, que arroja mucha luz sobre el misterio. Por una parte, Theoclymenus confirma, gracias a sus extrañas capacidades, que la esposa de Creon, Anna, es una nereida de los mares, cuyo velo forma parte del glamour que le permite ocultar su verdadero aspecto. Por otra parte, la conversación que ambos escuchan clandestinamente parece confirmar que Creon es un nombre falso, y que tanto él como su esposa Anna, su hermana Vesna, y su hombre de confianza Aetos, huyeron de Constantinopla en el año mil doscientos cuatro para escapar de los impíos y heréticos invasores Latinos, probablemente por ser miembros de la nobleza o estar emparentados en algún grado con la muy noble y elevada familia imperial; que fueron acogidos por el señor Sanartemidos en plena conciencia de su verdadera identidad y con el objeto de ocultarlos a los ojos de los usurpadores francos; que desean el matrimonio con los Mauroceni para fortalecer su engaño y garantizar su seguridad; que probablemente huirían si se supiera quienes son; y que el señor Sanartemidos nada sabe de la auténtica naturaleza de Anna, o el culto a las nereidas del mar que esta y su esposo parecen dirigir entre los pescadores de la zona.

A la luz de toda esta información, mis señores maese Kóstas Allectoros y el señor Eric d’Ancelin, tras debatir la situación en reunión privada, concluyen que saben lo suficiente para dar por cumplida su misión y reportar a Enrico Mauroceni de vuelta en Constantinopla, pero que necesitan dar una explicación convincente a Creon de los actos de Theoclymenus en el poblado de pescadores para evitar que piense que ha sido encontrado y huya, dejando así al veneciano con un matrimonio para su hija que le aporte menos beneficios de los que espera. A tenor de esto, Theoclymenus se presenta en casa de Creon, con su aspecto alterado por las magias herméticas de mi señor d’Ancelin, y le presenta una falsedad según la cual es simplemente un pobre desgraciado errante tocado por el pueblo oculto, en busca de otros como él, que ha actuado con excesiva vehemencia en su intento. A pesar de la usual falta de agilidad verbal del sicario, y sin duda por la Gracia de Dios, Creon le cree, aparentemente viendo en él un reflejo de su propia juventud, pero le exhorta a marchar y a reconsiderar su curso de acción en el futuro.

Ya de regreso a Constantinopla la Grande, mis señores presentan sus conclusiones a Enrico Mauroceni, al que informan de que existe una influencia mística de los mares sobre los barcos del señor Eiredopoios; que este no es consciente de ello; que de dicha influencia no emanará perjuicio alguno a los Mauroceni por el matrimonio; y que las ventajas que derivan de dicha influencia pueden depender de la presencia del capitán Creon al mando de las embarcaciones. Mauroceni, satisfecho con las respuestas, cumple su parte del acuerdo y, en la votación que tiene a cabo unos días después, la Celeno no es elegida para partir hacia Damietta. Sin embargo, en un cruel e irónico giro del destino, llegan pronto nuevas del sitio de Damietta informando de que la ciudad ha sido tomada, y que no será necesario hacer partir navío alguno hacia allí.

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En donde se relata el Primer Concilio de la Alianza y la búsqueda exitosa de un falso relicario de origen hermético

Estando reunidos los muy sabios magi de la Orden de Hermes Hyperides Hylas seguidor de Verditius, Cháris Ex Miscellanea, Eric d’Ancelin seguidor de Criamon y Thubayta Bint Al-Hasan Al-Halqa Al-Shafiyya Ex Miscellanea en el decimoquinto día del mes de abril del año del Señor de MCCXX en la muy santa ciudad de Constantinopla, y habiendo tomado posesión de la casa de comercio de la familia Nikerites, que estuviere abandonada durante más de una década desde que sus anteriores ocupantes murieran víctimas del innoble saqueo de la urbe a manos de los sanguinarios conquistadores latinos, conste aquí que se declara iniciado el Primer Concilio de la Alianza de Ourobóros.

En atenta consideración a la necesidad de conseguir la ciudadanía como polites de los muy nobles Eric de Criamon y Al-Shafiyya Ex Miscellanea, Cháris Ex Miscellanea sugiere a sus sodales la posibilidad de solicitar el padrinaje de Teodoreto de Casa Criamon, magus miembro de la Alianza de Xylinites y arché por la Phyla Propontiana. En visita a tan noble prohombre este ofrece a mis nobles señores, no tan solo su padrinaje para su solicitud del estatus de polites, sino también su plena ayuda al objeto de conseguir una tarea que realizar en beneficio del Estado, que les avale al presentar su solicitud.

Relicario

A dicho efecto el arché les encarga la tarea de recuperar un objeto encantado de origen hermético del Siglo XI que se perdiera durante el saqueo de la ciudad de Constantinopla, y que se cree pueda contener en su interior algún tipo de espíritu peligroso y de gran poder. Les insta a recuperar este objeto, una caja con inscripciones herméticas fácil de confundir con un relicario por ojos ignorantes, de forma discreta y evitando crear en el proceso enemistades mundanas, o atraer cualquier tipo de atención mundana hacia la Orden. El magistrado les informa que ha averiguado que este falso relicario está probablemente en posesión de un mercader veneciano que lo habría comprado a un caballero franco conocido como sir Gerbert de Sur-Les-Moines, pero desconoce de qué mercader se trata.

El noble señor Eric de Criamon, junto con las igualmente nobles damas Al-Shafiyya Ex Miscellanea y Cháris Ex Miscellanea, se ponen en contacto con el caballero, que les informa que efectivamente ha vendido ya el relicario, pero está dispuesto a darles el nombre del comprador a cambio de pasaje en un barco hacia Tierra Santa. Sospechando que el caballero pueda haber vendido varias falsificaciones del mismo a una pequeña parroquia local, a un comerciante griego y a dos comerciantes venecianos, y que pueda por tanto conservar aún el original, realizan una visita a un orfebre local con el que el caballero parece tener tratos, de nombre Lykaon. Este les confirma que el caballero le encargó varias copias, y le dejó el original como aval por el pago, que no ha realizado aún. Aprovechando el temor del orfebre a no cobrar, la Alianza compra la deuda, recibiendo por tanto el relicario como aval. Un somero examen del mismo evidencia que efectivamente se trata de un objeto encantado hermético, de unos doscientos años de antigüedad, y que no ha sido abierto.

Tras hablar con el caballero, el cual se muestra ofendido y furioso por la compra de su deuda, el señor Eric de Criamon y la dama Al-Shafiyya Ex Miscellanea llegan a un nuevo trato con sir Gerbert: a cambio de que les ceda la propiedad del relicario, la deuda que tiene ahora con ellos quedará perdonada, y recibirá además pasaje hacia Tierra Santa como ya se había acordado, además de una suma de dinero de seis hyperpyra (una libra). Tras formalizar un contrato legal ante un notario imperial, la Alianza encarga a Theoclymenus que vigile discretamente al caballero de Sur-Les-Moines durante el mes que falta hasta que embarque, para garantizar su seguridad. Afortunadamente, este no sufre ningún suceso ominoso, y lo único destacable durante este período es la visita de un rico veneciano, cuyo nombre Theoclymenus no logra averiguar, justo antes de su partida. El muy noble señor Kóstas Allectoros o Émporos, socio comercial de la Alianza de Ourobóros, informa al ser inquirido que el escudo grabado en un broche portado por el veneciano, un dragón rampante frente a un olivo y con una manzana en el suelo entre ambos, es el escudo de la familia comercial veneciana de Ipatici.

Una vez entregada la caja encantada al arché Teodoreto de Criamon, este garantiza al noble señor Eric de Criamon y a la muy sabia dama Al-Shafiyya Ex Miscellanea que patrocinará su petición de ciudadanía como polites, y que testificará conforme han cumplido un servicio en beneficio del Estado. Les ofrece también la posibilidad de recibir un psephos (un bono) a cambio de servir al Estado llevando a cabo el estudio del objeto encantado, cosa a la que acceden.

El señor Kóstas Allectoros, haciendo gala nuevamente de su gran sabiduría en los temas concernientes al tejido comercial de la ciudad, expone la situación de la familia de Ipatici. Según explica, se trata de una casa comercial de importancia similar a la Casa Allectoros, pero de influencia y recursos algo menores. Los Ipatici mantienen una relación tensa con el podestá Jacopo Tiepolo, debido a sus tratos continuados con comerciantes genoveses, tratos que no gozan de la aprobación del podestá, el cual favorece que los negocios con Europa sean realizados exclusivamente entre venecianos.

Constantinopla

Llevadas a cabo indagaciones sobre la identidad del veneciano, y quedando claro que se trata de Lucio Ipatici, hombre de confianza y factótum del capo de la casa, Giacomo Ipatici, Theoclymenus procede a mantener bajo estrecha vigilancia la residencia de la casa Ipatici. Gracias a ello, puede observar como Lucio Ipatici realiza una visita nocturna clandestina al barrio genovés, entrando en el palacio de la familia Cosini, una rica e importante casa comercial genovesa, y reuniéndose allí con un hombre joven adolecido de una pronunciada cojera, que el señor Allectoros cree identificar posteriormente como Andrea Cosini, heredero de la casa Cosini recién llegado de Génova. La falta de conocimientos de las lenguas venecianas impide a Theoclymenus averiguar los específicos de la conversación, pero logra aún así determinar que se menciona al caballero Gerbert de Sur-Les-Moines y a Ourobóros, así como que Lucio Ipatici parece estar a las órdenes de Andrea Cosini, y que se intercambian dineros.

Poco después, Lucio Ipatici visita la alianza con la intención de comprar la reliquia que esta ha adquirido del caballero de Sur-Les-Moines. Tras consultar con Teodoreto de Criamon, el Consejo de la Alianza decide vender a Lucio Ipatici una de las falsificaciones que se obtuvieron del orfebre Lykaon, diciéndole que es la reliquia que se le compró al caballero, que se había vendido a un particular, y que este ha decidido vender a Ipatici.

La vigilancia de Theoclymenus permite descubrir que Ipatici visita al resto de compradores, y se sospecha que adquiere de cada uno de ellos la falsificación que el caballero les vendió, con la única excepción de la pequeña parroquia de San Gregorio. A instancias de la alianza, Theoclymenus roba esta falsificación, impidiendo que Ipatici pueda hacerse con ella y comprobar que es también falsa. Parece ser que Ipatici muestra interés en el robo, e incluso parece intentar hacerse con el objeto en los bajos fondos de la urbe, sin éxito. Tras comprobar que todas las falsificaciones compradas son entregadas a los Cosini, y que Ourobóros no es mencionado más, se da el asunto por zanjado y se abandona la vigilancia.

Finalmente, el muy sabio maestro Eric de Criamon, con la inestimable ayuda del maestro Hyperides de Verditius, lleva a cabo la investigación del objeto encantado en el laboratorio, determinando que posee un encantamiento de Rego Terram de magnitud cuarta que impide que se pueda abrir; que posee una guarda de Rego Vim de magnitud sexta que lo protege contra criaturas del Reino Infernal; y que posee un encantamiento por cada uno de los anteriores, de idéntica magnitud, que impidió que el sigil del autor dejara impronta en el objeto. Sin encontrar ningún otro efecto místico en el mismo, se devuelve la caja a Teodoreto de Criamon, que considera la posibilidad de que se lleven a cabo investigaciones en mayor profundidad por parte de magi más expertos. Accede también a entregar a Eric de Criamon y a Al-Shafiyya Ex Miscellanea un psephos a cada uno (dos bonos) por el trabajo de laboratorio, y por la investigación de Lucio Ipatici.

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Más allá de las Montañas de la LocuraMás allá de las Montañas de la Locura

Master: Enric

Jugadores: Ricard, Arturo, XAS, Andrés, Marcos, Dani

Sistema de juego: La Llamada de Cthulhu

Horario: Jueves Tarde (en su turno de juego)

En 1933 James Starkweather y William Moore tienen previsto viajar al hielo austral, en busca del campamento abandonado de una expedición científica de la Universidad de Myskatonic que acabó en tragedia en 1931. Su intención, una vez encuentren el campamento de la primera expedición, es seguir la investigación donde aquellos la dejaron, enfrentándose a las condiciones extremas del clima antártico en pos de la ciencia y el conocimiento.

Nota: Esta es una partida arbitrada en las sesiones entre semana de los jueves. Esto quiere decir que la periodicidad de esta partida no se engloba en el calendario habitual del club, sino que se arbitra semanalmente los jueves por la tarde, alternándose con el resto de partidas de esa franja horaria.

Nota: Esta partida ya no está en activo desde el 23 de julio de 2015.

arma-tebasArs Magica: El águila hendida

Master: Daniel Julivert

Jugadores: Enric, Dioni, Turpí, XAS

Horario: Sábado Mañana, Semana A2

La que otrora fuera la orgullosa Constantinopla ha sido devastada por Cruzados sedientos de sangre, y se ha hundido en la depravación y la ruina. Con la caída de la ciudad bendita, las antiguas ataduras mágicas que eran mantenidas por las reliquias Romanas del Imperio derrotado están ahora destrozadas y rotas, liberando bestias y demonios que vagan por la tierra. Las historias de acontecimientos extemporáneos atraen a ávidos cazadores y curiosos Buscadores por igual. Mientras tanto, los magos del Tribunal de Tebas y sus patrones sobrenaturales dedican sus esfuerzos a mantener la paz. Se enfrentan a discordias que reflejan las batallas de antaño entre los Titanes y los Dioses del Olimpo, que aún hoy se agitan entre sus antiguos templos y santuarios.

Las tierras de la antigua Grecia y Asia Menor son el hogar de leyendas épicas y poderosos dioses, tanto del Reino Faérico como del Mágico, mientras que el Imperio Bizantino tiene sus propios mitos. Los magos y alianzas del Tribunal de Tebas, que se rigen de acuerdo a las instituciones democráticas de la antigua Atenas, viven entre abundantes lugares de poder. Los personajes se tendrán que enfrentar a las luchas por la supremacía sobre estas tierras, tanto mundanas como sobrenaturales, para llegar a buen puerto a través de un laberinto de maquinaciones bizantinas. ¡Cada facción tendrá la oportunidad de restablecer la paz y la unidad del Imperio de Oriente bajo su propia bandera!

El Tribunal de Tebas incluye la península griega y Asia Menor, y en 1220 la totalidad del Tribunal de Tebas es parte del Imperio Bizantino mundano. El Tribunal de Tebas es inusual en el sentido de que la lengua usada por los magos para sus asuntos herméticos y escritos mágicos es el griego, en lugar del latín. Es una tierra en las fronteras de la Orden; limita al norte y al oeste por el Tribunal de Transilvania, pero el territorio al este y sureste pertenece a los turcos selyúcidas y se considera fuera de la Orden de Hermes por completo. El Tribunal de Tebas se comunica por vía marítima con el Tribunal de Levante, que podría considerarse su vecino más cercano.

El Tribunal es rico en vis. Los magos operan en un entorno en el que la vis es menos como una moneda – ya que es tan abundante – y más como comida. Es decir, la vis es necesaria para el funcionamiento continuado del Tribunal, pero no es especialmente valiosa ni vale la pena luchar por ella. La generosidad con la vis es habitual, y los magos que son tacaños o que acaparan vis se ganan rápidamente una mala reputación.

El griego clásico ha sustituido al latín como lengua de la magia en Tebas. Las reuniones del Tribunal se llevan a cabo en griego, los hechizos son lanzados en griego, y los libros escritos por los magos de Tebas están escritos en griego. Esto crea tensión con las Casas más tradicionales, como Tremere, e impide la comunicación y la cooperación con magos que no son de Tebas.

Un sistema de méritos y deméritos, conocido como Señales y Fragmentos respectivamente, ha reemplazado a la vis como moneda en Tebas. Los magos ganan señales por realizar trabajos beneficiosos para el Estado (la comunidad de magos en su conjunto) y ganan fragmentos por actividades antisociales o perjudiciales. Por ejemplo, llevar un caso legal contra otro mago gana una Señal si resulta en condena – ya que el erradicar a delincuentes y diabolistas beneficia a la comunidad – pero si acaba en absolución merece un fragmento, ya que la acusación hizo perder tiempo y esfuerzo a todos los involucrados.

Por último, la idea del Estado tiene amplias ramificaciones que incluyen el hecho de que los cargos del tribunal son elegidos por votación o por sorteo, más que por antigüedad, que los aprendices eligen a su maestro en lugar de ser al revés, que una vez al año se concede una poción de Longevidad gratuita a un mago merecedor de ello, y muchos otros ejemplos de cooperación y amistad que no se ven en otros Tribunales.

Finalmente, y de acuerdo con el Código Periférico de Tebas, todas las alianzas del Tribunal deben tener un «papel o propósito específico» y un patrón (un ser con poder mágico, divino, o faérico) que coopera voluntariamente con la alianza.

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Resumen de aventuras

Nota: Esta partida se juega fuera del local del club.

Traveller - The Long Way HomeTraveller – The Long Way Home

Master: Enric

Horario: Jueves Tarde (en su turno de juego)

Jugadores: Ricard, Arturo, XAS, Andrés, Marcos, Dani

La misión: Un reconocimiento secreto en territorio desconocido más allá de las fronteras del nuevo imperio Sylean. Sin embargo, esa misión es rápidamente interrumpida cuando los aventureros saltan fuera del sistema en su nave de exploración de largo alcance clase Explorador Sólo su destreza y determinación permitirán a la tripulación volver a casa sanos y salvos a través de los peligros del espacio inexplorado.

Nota: Esta es una partida arbitrada en las sesiones entre semana. Esto quiere decir que la periodicidad de esta partida no se engloba en el calendario habitual del club, sino que se arbitra semanalmente los jueves por la tarde, alternándose con el resto de partidas de esa franja horaria.

Nota: Esta partida ya no está en activo.

ConanConan

Master: Ricard

Jugadores: Enric, Arturo, XAS, Andrés, Marcos, Dani

Horario: Jueves Tarde (en su turno de juego)

Antes, los gigantes vivían en la tierra y, en la oscuridad del caos, engañaron a Crom y le arrebataron el enigma del acero. Crom se irritó y la tierra tembló. El fuego y el viento derribaron a aquellos gigantes y arrojaron sus cuerpos a las aguas. Pero en su ira, los dioses olvidaron el secreto del acero y lo dejaron en el campo de batalla. Nosotros lo encontramos. Sólo somos hombres. Ni dioses ni gigantes, solo hombres. Y el secreto del acero siempre ha llevado consigo un misterio. Tienes que comprender su valía, tienes que aprender su disciplina. Porque en nadie, en nadie de este mundo puedes confiar. Ni en un hombre, ni en una mujer, ni en un animal. En esto -alza su espada- sí puedes confiar.

Nota: Esta es una partida arbitrada en las sesiones entre semana. Esto quiere decir que la periodicidad de esta partida no se engloba en el calendario habitual del club, sino que se arbitra semanalmente los jueves por la tarde, alternándose con el resto de partidas de esa franja horaria.

Nota: Esta partida ya no está en activo.

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