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Triumphant!Triumphant

Master: Enric

Jugadores: Cristina, Skaven, Andrés, Christian y Carlos Aranda

Sistema de juego: Triumphant

Horario: Aemana A2, Sábado Tarde

En 1962 la crisis de los misiles en Cuba desencadenó la tercera guerra mundial. Las bombas atómicas llovieron sobre el centro de Europa y algunas destruyeron las grandes urbes símbolo de los países enfrentados. Nueva York y Moscú fueron borradas del mapa. La guerra fue intensa pero breve y eso salvó al mundo. Las potencias aprendieron que habían de llegar a acuerdos difíciles si querían sobrevivir. Y lo hicieron, a regañadientes pero lo hicieron.

Sin embargo la guerra dejó una herencia: los mutantes. Durante la guerra y después fueron apareciendo. Gente normal pero que tenía poderes. Y gente no tan normal que ni siquiera parecían humanos. De hecho algunos no lo eran ya que los animales también se vieron afectados. Además las mutaciones no fueron el único origen de estos seres. En algunos casos las barreras que separan las dimensiones se debilitaron y dejaron pasar algún ser extradimensional. En otros la perturbación debida al conflicto atrajo a seres que habían permanecido escondidos, ajenos a nuestra sociedad pero siempre vigilantes: los atlantes y los extraterrestres.

Pero fuera cual fuese su origen, en un mundo en plena guerra fría estos seres que en otro tiempo habrían sido perseguidos y exterminados, ahora fueron utilizados por los gobiernos para la defensa nacional. Habían nacido los Superiores.

Nota: Esta partida ya no está en activo.

Bajo el ImperioStar Wars

Master: Enric

Jugadores: Andrés, Arturo, Marcos, XAS, Dani Julivert

Sistema de juego: D6 System (REDUX – REUP)

Horario: Martes Tarde (en su turno de juego)

Hace 15 años que cayó la corrupta república y se alzó victorioso el alabado Emperador. La paz y la prosperidad reinan en el Imperio y tan solo quedan unos pocos e insignificantes remanentes insurgentes que siguen con sus despreciables actos terroristas. Pero pronto seran borrados de la faz del universo gracias a la eficiente fuerza de la armada imperial comandada por sus excelencias, los Mofs Imperiales.

En estos momentos, en la estación orbital de Daalang, un grupo de tripulantes de una fragata comercial coreliana busca ansiosamente material que transportar al precio de 100 créditos la tonelada mientras son observados discretamente por un agente del Concilio Hutt…

Nota: Esta es una partida arbitrada en las sesiones entre semana de los martes. Esto quiere decir que la periodicidad de esta partida no se engloba en el calendario habitual del club, sino que se arbitra semanalmente los martes por la tarde, alternándose con el resto de partidas de esa franja horaria.

Nota: Esta partida está temporalmente en pausa.

roma-01Roma 85 ac – Tiempos Revueltos

Master: Enric

Jugadores: Andrés, Carlos, Cristina, Dioni y Skaven.

Horario: Semana A1, Sábado Tarde

Los jugadores son un grupo de juerguistas que viven en la ciudad de Roma durante los turbulentos años de la primera guerra civil romana. En concreto en el año 85 antes de Cristo. El partido popular de Mario se enfrenta políticamente contra el optimate de Sila. Y ahora que Sila está fuera, frenando los pies a Mitridates IV en Asia Menor, las cosas empiezan a torcerse para sus partidarios. Los populares, ávidos de poder, están copando los cargos públicos y poco debe faltar para que decidan exterminar a sus enemigos. Pero, ¿que pasará cuando Sila regrese?..

Nota: Esta partida ya no está en activo.

qualorQualor

Master: Mauri

Jugadores: Marta, Iolanda, Enric, Turpi, Fiber, Andrea

Horario: Domingos Tarde, Semana B1

En una ciudad del mar interior se reunen una serie de curiosos personajes como pasajeros de un extraño barco. Son una asesina, un ladrón-mago, una marinera, un medio elfo ladrón y una pareja de elfos: un druida  y su «guardaespaldas», una elfa exploradora no muy convencida de su papel de guardaespaldas.

Nota: Esta partida se va alternando con la partida de Space 1889 que se juega en el mismo horario.

Portada - Qualor

Este es el diario de Anda-Wen. Esta escrito como si lo relatara a su «guardaespaldas», una elfa exploradora que le acompaña en su viaje.

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Salimos de nuestros sagrados bosques del norte para ir a una decadente y sucia ciudad del sur. Tú estabas extrañamente callada. Quizás algo molesta por las órdenes de nuestros jefes. Ya sé que a una pequeña, joven y rebelde elfa como tú no le gusta recibir órdenes. Pero es lo que hay, yo también las recibí y tampoco me gustaron.

Llegamos a la ciudad y contactamos con un mediano marino que tenía un barco muy curioso. Al menos no era de madera, no destrozaron el bosque para hacerlo. Allí nos juntamos con una panda de criminales que también iban a Abu Dabi. Creo que eran un par de ladrones (uno mestizo), una asesina y un pirata. Salimos un poco para ver la ciudad pero tú estabas muy cansada y te fuiste a dormir…

Cuando despertaste ya estábamos en ruta. El barco era muy veloz, quizás demasiado, y además tú y yo, al ser elfos, sentíamos una perturbación en la fuerz… Aura.

Cruzamos el mar hasta llegar a las cercanías de una isla… bueno, era una isla, sí, pero del tamaño de Irlanda. Se podía ir por el norte, cuya costa continental estaba gobernada por Larisia (una especie de Roma Imperial) donde si te pillaban te hacían pagar un peaje monstruoso o por el sur, cuyas aguas estaban dominadas por la ciudad africana de Delentha (una especie de Cartago) donde si te pillaban te esclavizaban. Además la isla estaba llena de naciones pirata.

Decidimos ir por el norte, confiando en la velocidad de nuestra nave para evitar las patrullas de Larisia, pero nos encontramos con una poderosa flota de esos recaudadores de impuestos a la que esquivamos gracias a la agilidad de nuestro buque.

Después de meditar un segundo llegamos a la conclusión de que era un pelín exagerado enviar una flota para cobrar impuestos así que debía haber algo más. De todas formas decidimos no arriesgarnos y nos desviamos hacia el sur con la esperanza de evitar los sin duda escasos barcos patrulla esclavistas.

Y, claro, yendo hacia el sur nos tropezamos con la típica flota pirata a la que despistamos sólo para toparnos de frente con la flota de esclavistas delenthianos. Decididamente algo raro estaba pasando. Probablemente había estallado una guerra entre las dos naciones y los piratas habían vendido sus servicios a uno de los bandos. Por suerte conseguimos pasar inadvertidos y pudimos recalar en la costa africana donde pasamos la noche escondidos. Pero la situación era imposible, con tanto barco en busca de jarana el paso resultaba infranqueable. Entonces el capitán decidió usar las capacidades especiales de su nave.

Me llamó a mí y a otro de nuestros acompañantes, el ladrón humano que por lo visto tenía cierto conocimiento en las artes arcanas, y nos dijo que iba a usar los poderes de la nave para seguir “otro camino” y que quizás necesitaría de nuestra ayuda en algún momento. Cogió el timón que, ahora que me fijaba, era un poco raro y, mirando con los ojos adecuados, emitía un resplandor decididamente mágico.

Por el esfuerzo reflejado en la cara del capitán deduje que sin duda estaba suministrando puntos de energía de su ser al timón con algún extraño propósito que pronto se hizo evidente. Dirigió el barco hacia la costa y… ¡siguió adelante!

Avanzamos a una velocidad endiablada adentrándonos en el continente. Era algo increíble, los árboles se apartaban a nuestro paso y apenas dejábamos estela en la tierra. Todo parecía ir bien, a pesar de lo extraño del asunto, cuando de repente la expresión del capitán cambió. Algo malo pasaba.

Nos llamó a los dos magos y nos explicó que el barco lo había conseguido por un trato entre el señor elemental del agua y el de la tierra. Que al parecer el del agua aceptó el trato de buen grado pero el de la tierra no estuvo muy de acuerdo. De forma que al tocar el barco su reino, la tierra, él se había sentido muy tentado a tomar lo que pensaba era suyo por derecho. Y ahora mismo nos estaba siguiendo. Apenas acababa de decir aquello cuando alguien soltó un grito mirando hacia atrás. Y allí, en el horizonte, entre la bruma y las nubes bajas, se podía distinguir una figura que se alzaba por encima: era un gigante que debía tener una altura de unos 150 metros, y que avanzaba con sus grandes zancadas hacia nosotros.

El capitán necesitaba energía para acelerar la nave y evidentemente se la dimos. Así pudo mantener la distancia con el gigantesco señor de la tierra, dirigiendo su nave hacia la zona de agua más cercana. Al parecer tenía cierto talento para detectar extensiones de agua. Aunque cuando empezó a subir una montaña a todo trapo yo tuve mis dudas, la verdad. Al final la nave que iba disparada en un ángulo de unos 45 o más grados hacia arriba, dejó de tener contacto con el suelo y siguió una curva parabólica hacia abajo. Hacia un lago que se hallaba en la cumbre de la montaña que en realidad era un volcán.

Nos estrellamos de mala manera contra el agua pero sin sufrir daño alguno. Y la nave empezó a hundirse con el capitán aún agarrado a su timón. Mientras se hundía, con toda su tripulación dentro, nos dijo con mirada lastimera: lo siento, no he podido hacer otra cosa. Y desapareció bajo las aguas.

Así que nosotros estábamos allí, con todo nuestro equipaje flotando alrededor y con cara de idiotas. Nos dirigimos nadando hacia una pequeña playa cercana y nos echamos en la arena. Desde allí observamos que el borde del volcán nos rodeaba completamente de forma tan abrupta que cualquier escalada quedaba descartada. La playa no era muy grande, quizás unos 20 metros y ante nosotros teníamos el lago, de unos 200 o 300 metros de largo y de profundidad insondable. Sin embargo, en el otro extremo, parecía que había un muelle.

Me transformé en águila y fui volando hacia allí. Gracias a mi aguda y mejorada vista puede ver que efectivamente, había un muelle, con varias casetas, una amplia plataforma de madera y varias barcas. Pero lo que atrajo mi atención fue que, sumergido a unos 10 metros de profundidad, había una especie de nave cuya forma recordaba a la de una ballena.

Sin dudarlo me transformé en tiburón y fui a investigar. Bajé y di varias vueltas a la nave. Desafortunadamente mis conocimientos marineros o de ingeniería dejan mucho que desear así que no pude deducir gran cosa. Entonces mis sentidos tiburonianos me alertaron de que algo se acercaba rápido, muy rápido. Nadé hacia arriba con frenesí y, saliendo del agua de un salto, me transformé en el aire de nuevo en águila. No lo suficientemente rápido para evitar que un tentáculo gigantesco me diera un tremendo trompazo que me envió volando sin necesidad de que mis nuevas alas hicieran nada. Afortunadamente no perdí la concentración y la transformación se completó. Si no, te hubieras librado por fin de mi presencia, pequeña elfa.

Volando como pude, con una patita rota y tremendamente agotado, llegue a la playa donde me des-transformé, me cure la pierna y me puse a dormir un profundo sueño del que no me desperté hasta al cabo de 4 horas.

Entretanto tú y el resto de maleantes tenías otras preocupaciones: la comida. Sí, ya se que nosotros podemos pasar sin ella haciendo los rituales necesarios pero ¿y el agua? esa sí que la necesitamos. Así que os pusisteis a pescar. Cuando desperté ya habíais masacrado algunos pescados inocentes. Yo ya estaba más recuperado y además era de noche y por la noche, según las leyendas, los calamares gigantes se van a las profundidades. Al menos eso dijo el ladrón-mago. Así que nos arriesgamos otra vez. Bueno, yo me arriesgué. Fui en forma de Búho hacia el muelle y comprobé que el calamar se había ido. Entonces me des-transformé, cogí una barca y volví hacia la playa. Lo cargamos todo y nos fuimos hacia el muelle.

Entre los criminales había uno que sabía de máquinas. Era el pirata. Sin duda le eran útiles en sus crímenes. Se puso a estudiar los aparatejos que habían en el muelle y llegó a la conclusión de que entre la chatarra habían unos trajes que servían para sumergirse. Pero que tardaría un tiempo en poner la cosa en marcha. ¡5 días!

Bueno, abreviando, al final lo consiguió y el mago ladrón se ofreció a entrar en el traje. Algunos de nosotros (tu también, pequeña elfa) tuvimos que hacer girar una rueda que al parecer daba aire al traje.

Y allí se fue el malvado mago. Pero al poco vimos emerger su traje vacío. Así que ya no me quedaba más remedio. Tuve que volver a sumergirme en ese horrible lago, transformado en pez, acompañando a otro de los maleantes, el mestizo ladrón, que se puso el traje.

Bajamos y vimos que en la parte inferior había una entrada circular. El agua, por algún extraño motivo que no acabo de entender, no entraba en la nave. Probablemente fruto de alguna siniestra invención humana.

De un ágil salto entré en la nave volviéndome elfo de nuevo. El torpe mestizo intentó acceder pero se quedó atascado en la entrada. En eso que el navío empezó a emerger. Al final resultaba que el mago ladrón había conseguido entender cómo funcionaba la cosa. Por lo visto sólo había que dar energía a una enorme piedra que lo hacía funcionar todo.

Lo siguiente ya fue más fácil. El criminal aficionado a las máquinas también era marino. Supongo que es algo útil si eres pirata. Y consiguió averiguar cómo conducir la infernal nave gracias a su habilidad, fruto de la abominable y fría lógica humana. Encontramos la gruta subterránea que comunicaba el volcán con el mar y seguimos navegando sumergidos hasta llegar al próximo puerto. El trayecto fue agotador ya que la piedra esa consume energía que flipas y tu, pequeña elfa, serviste para algo esta vez… junto con el resto, claro.

En donde se narra el viaje de la Maia y la Celeno a Tesalónica, Atenas y más allá

Referiré ahora lo que aconteciera durante el viaje de las nefs Maia y Celeno hacia Tesalónica y Atenas, así como los sucesos que derivaron de dichos viajes, eventos todos ellos que ocurrieran anteriormente a los portentos que se han narrado ya, pero de los cuales no tuviera noticia hasta el regreso de mis señores magi desde el Tribunal de Tebas, en la isla de Delos. Deberá pues el lector ejercitar su intelecto y realizar un salto hacia atrás en esta narración hasta el mes de febrero, en el que se desencadenaran los hechos que aquí se relatarán.

Siendo el día decimonoveno del mes de febrero del Año de la Anunciación de MCCXXI, y con grandes prisas por rebasar el estrecho del Hellesponte antes del amanecer del vigésimo segundo día del mes, fecha en la que maese Kóstas Allectoros o Émporos piensa que pueda arribar al estrecho la flota del Imperio de Nicea que, según ha oído, avanza en dirección norte por la costa occidental de las Tróadas con intención de tomar las fortificaciones que controlan ambos extremos del Hellesponte, bloqueando así el paso del Mar del Mármara al Mar Egeo. Parten por tanto conjuntamente y con prontitud la Maia y la Celeno, dirigido el convoy por el capitán de la Maia, maese Aischrion Misitós, que en las lenguas latinas fuera Aischrion el Odioso, así conocido por su fuerte carácter y lo vulgar de su forma de expresarse. A bordo de la Maia se encuentran maese Allectoros junto con mi señor el magus Eric d’Ancelin seguidor de Criamon custodiado por los grogs Genesio y Frankoulio, además del capitán maese Aischrion Misitós y los siguientes marinos: el carpintero Clinias Nafpigós, el médico Nastes Giatrós, los hermanos cretenses Hermeias y Teuthras Kritikós y Megakles Akólastos, llamado el libertino. A bordo de la Celeno se encuentra el capitán maese Mikaelos Psilós el Alto, junto con los marinos Iakob, Terentos, Zenon, Ioakeim y Tryphon.

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Durante el trayecto a través del Mármara, cabotando a lo largo de la costa norte, el capitán Aischrion decide que las naves navegarán también durante las noches, aunque a una velocidad grandemente reducida, para acortar así el tiempo estimado de tres días hasta cruzar el Hellesponte. Es esta una maniobra arriesgada, por el peligro de embarrancar en escollos o arrecifes por falta de visibilidad, especialmente dado que la luna es prácticamente nueva, pero mi muy poderoso señor el magus Eric d’Ancelin imparte en el grog Genesio la capacidad de poder ver en la oscuridad, ayudando así en gran medida a la empresa. Gracias a esta ayuda mística de mi señor, y a la profunda experiencia de los capitanes Aischrion y Mikaelos, las naves alcanzan el Hellesponte a primera hora del día vigésimo primero, abandonando a mediodía los estrechos para adentrarse en el Mar Egeo, tras haber pagado en las fortalezas de ambos extremos del Hellesponte las tasas de aduana para navegar a su través.

No queriendo arriesgarse a que la flota de Nicea alcance el Hellesponte mientras se encuentran allí detenidos, el capitán Aischrion decide partir de inmediato. Considerando la guerra entre el Despotado de Epiro y el Reino de Tesalónica, y las noticias recientes que parecen indicar que buena parte de Macedonia y la práctica totalidad de Tesalia se encuentran bajo el control de Epiro, mis señores determinan que podría ser bastante peligroso cabotar a lo largo de la costa de Macedonia, a pesar de que no se cree que haya una flota de Epiro en el Mar Egeo.

Es por ello que, tras deliberar los capitanes con mis señores d’Ancelin y Allectoros, deciden arriesgar una ruta algo más peligrosa, cruzando el Egeo de isla en isla hasta alcanzar la península del Monte Athos. Se establece por tanto con presteza rumbo hacia la cercana isla de Imbros, donde dicen las leyendas que se encuentra el establo sumergidos de Pegaso, el caballo alado hijo del dios Poseidón. Unas horas más tarde las nefs alcanzan Imbros y, debido a que aún quedan algunas horas de luz y al temor a encontrarse con la flota nicena, prosiguen hacia la cercana isla de Lemnos, que alcanzan justo en el filo del anochecer fondeando en el puerto de Hephaistia, donde deciden pasar la noche.

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Con la tripulación exhausta por el enorme esfuerzo de los últimos días, y sabiendo que en la isla se encuentra la alianza de Ingasia, hogar de la mater del muy noble Hyperides Hylas Verditistes, mis señores acuerdan descansar un par de días en puerto mientras el sabio Eric d’Ancelin y maese Allectoros deciden visitar la alianza, hogar del actual primus de Casa Verditius, Stouritus Verditistes. Sin embargo, antes de partir el imprudente marino Megakles ofende a mi noble señor d’Ancelin cuando le hacía llegar recado de maese Allectoros, pues sus maneras vulgares de simple marino no son adecuadas para tratar con un noble caballero, y sus entendederas no son lo suficientemente largas para que se dirija a él correctamente. Sin embargo, mi señor d’Ancelin retiene su cólera y ejerce la prudencia, encargándole al capitán Aischrion que castigue al marino. Cosa que este hace privándole de permiso para bajar a tierra.

Después de este incidente, y tras un paseo de varias horas hasta la ladera del Monte Mosychlos, alcanzan el lugar. Consiste en un conjunto de tres enormes edificios de piedra en la ladera del volcán, donde hablan con el autócrata Theodorus, el cual les obsequia con dos peones de vis de Terram.

Maese Allectoros departe con el autócrata sobre la posibilidad de establecer Lemnos como una parada en la ruta comercial de las nefs de la Casa Allectoros hacia Levante, cosa que parece alegrar sobremanera al autócrata, que les informa que la actual situación de guerra ha sido un aliciente excesivo para la piratería en el Mar Egeo, provocando la desaparición de algunas de las naves que realizaban transportes entre Lemnos y Macedonia y las Tróadas. Acuerdan los prohombres que las nefs de la casa comercial realizarán parada en Hephaistia en su camino hacia Levante para provisionar a Ingasia de diversos materiales provinentes de Constantinopla, y de nuevo en el camino de regreso para vender otros materiales exóticos que estos hayan requerido que les sean traídos desde Tierra Santa.

El autócrata también solicita de mis señores si pueden realizar la entrega de un objeto encantado a la dama Nonna ex Miscellanea de la alianza de Oikos tou Eleos, en Tesalónica, de parte de la maga Bobila Verditistes. Las circunstancias actuales no les habían permitido enviar este objeto, algún tipo de tapiz, tela o ropaje envuelto en arpillera, y pensaban ya que deberían esperar al Tribunal de la próxima primavera para poder entregarlo. Mi señor Allectoros accede, negándose a cobrar por este transporte, con gran agradecimiento del autócrata.

También hablan mis señores con la mater de mi señor Hyperides Hylas, la maga Euxodia Verditistes filia Hydatius. La noble señora, de carácter huraño y disposición arrogante, trata sin embargo a mis señores con buena actitud, aunque tal vez de forma algo seca, y se interesa por su filius, expresando su deseo de verle en el próximo Tribunal. No abandonan mis señores su presencia sin que esta les haga entrega de un peón de vis de Mentem, un obsequio para su antiguo aprendiz.

De vuelta en Hephaistia, mi señor maese Allectoros negocia la compra de una cierta cantidad de hierro de las minas de la isla gracias a los contactos que le ha proporcionado el autócrata de Ingasia, para no realizar de vacío en viaje hasta Tesalónica. Aunque el precio pagado por el mineral es elevado, mi señor estima que la guerra le permitirá venderlo a un precio aún mayor en la capital, pudiéndo sacar un cierto beneficio de un viaje que, de otra forma, sería completamente improductivo.

Es ya al amanecer del vigésimo quinto día del mes cuando las dos nefs parten de Hephaistia con la primera marea, rumbo a la península del Monte Athos. Tras dos días de navegación en mar abierto, finalmente se avista una costa boscosa y montañosa cerca del anochecer del vigésimo sexto día, y las nefs fondean junto a la costa poco antes de que se ponga el sol. A la lejanía, a escasa distancia del cabo junto al que han fondeado las naves, se avista un pequeño pueblecito pesquero en una cala, poco visible desde este punto de la costa.

Durante el transcurso de la noche, avanzada ya la hora, los vigías avistan grandes luces oscilantes provinentes de la costa, lo que parece un incendio en el bosque. Despertando a mis señores, el muy sabio maese Eric d’Ancelin hace uso de las dotes místicas de su Don para apercibir con mayor claridad lo que sucede viendo una gran actividad en el pueblo, donde los hombres forman una cadena humana para llevar cubos con agua desde la playa hacia el interior del bosque.

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Tras una breve deliberación con los capitanes, mi señor decide haciendo gala de su extrema generosidad ayudar a los habitantes del lugar, y usa de sus artes arcanas para alcanzar de inmediato las aguas justo frente a la costa en tal forma que el ojo mundano no pueda percibir su presencia. Una vez allí, alzándose entre las suaves olas de la playa frente al pueblo, comanda los vientos bajo su voluntad para que soplen favorablemente, alejando las llamas de la población. Tras rescatar de esta manera el pueblo, vuelve mi señor a bordo de la nef de igual manera a como la abandonó.

Desde las naves pueden ver mis señores como el incendio se aplaca durante las siguientes horas mientras los habitantes del poblado pesquero van finalizando sus labores de contención. Poco antes de romper el alba, con el fuego ya extinguido, los hombres y mujeres del poblado parecen haberse reunido ya en la playa, fletando tres pequeños esquifes con los que se dirigen hacia la Maia y la Celeno. Se aproximan los esquifes hasta las nefs, conteniendo principalmente mujeres del poblado y un par de hombres por embarcación para manejar los remos. Una vez junto a las nefs las mujeres agradecen su ayuda a los marinos para sofocar el fuego, ante la sorpresa de mis señores ya que maese d’Ancelin está convencido de que no debieran saber de su participación en el asunto. Como muestra de agradecimiento ofrecen a mis señores un banquete en su honor en el pueblo y mis señores, tras deliberar, deciden aceptar la oferta, no sin una cierta reticencia.

Los pescadores conducen a mis señores hasta la costa en los esquifes, y una vez allí les agasajan con un festín abundante. Observan mis señores Allectoros y d’Ancelin que, aunque los hombres visten con ropas de marino o pescador bastante ajadas por el tiempo y la intemperie, como sería de esperar, las mujeres visten en cambio ropajes de excelente calidad y corte clásico, lujuriosamente provocativas para los estándares de la edad moderna. Así mismo, los hombres parecen callados y sometidos a los dictados de las mujeres del pueblo, mostrando escasa iniciativa propia y limitándose a seguir las indicaciones de sus mujeres.

Les presentan a quien parece ser la señora del lugar, que se presenta curiosamente como si fuera una reina, dando el nombre de Neaera. Mientras algunos de los marinos encuentran solaz y desahogo en los cálidos brazos de las promiscuas mujeres del poblado, mi señor d’Ancelin se reúne con la reina Neaera, con quien mantiene una culta conversación. Sospechando de la naturaleza faérica del lugar y sus habitantes, mi señor responde a la oferta de la dama de recompensarles por auxiliarlas con aquello que deseen contestando que lo único que desea a cambio de su ayuda es seguir su camino en paz.

La dama accede, no sin algún reparo, y los marinos se encuentran de repente en medio del bosque, al amanecer, sin rastro alguno del poblado o sus habitantes. Tras volver a los navíos determinan que se encuentran frente a las costas de la península del Monte Athos, una península sagrada cercana a Tesalónica y habitada exclusivamente por santas comunidades de monjes ortodoxos. Embarcan prontamente y prosiguen camino, arribando al puerto de Tesalónica antes del mediodía del vigésimo séptimo día del mes de febrero.

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Una vez en la ciudad, fuertemente guarnecida a causa de la invasión del Despotado de Epiro, mis señores Kóstas Allectoros y Eric d’Ancelin acuden al palacio en busca de la maga Nonna ex Miscellanea de la alianza de Oikos tou Eleos. Una vez allí se reúnen con ella, que tiene su laboratorio allí junto a su hermana Nereida ex Miscellanea, haciéndole entrega del envío de la maga Bobila Verditistes, que resulta ser un nutrido conjunto de vendas.

Se entrevistan también con Anna Psellus Jerbitonistes, que reside en un pequeño convento de monjas en la ciudad que dirige junto a su hermana Theocarista Psellus Jerbitonistes. La muy pía maga Anna Psellus se muestra interesada por la historia del encuentro con la reina Neaera, y les hace saber que hace tiempo que intentan darle caza. Según parece, se trata de un regio faérico que ha sido la causa de la ruina de más de un navío mercante en la región además de ser una molestia constante para los monjes de Athos, y solicita a mis señores ayuda para encontrar de nuevo el regio y acabar con sus habitantes. Mi prudente señor Eric d’Ancelin considera sin embargo que violaría la hospitalidad de la reina Neaera al ayudar a la pía maga, además de violar flagrantemente el Código de Hermes al molestar a los faéricos, y declina la petición con no poco tacto, asegurando que no podría ser de ayuda para localizar el emplazamiento.

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Departen no obstante amigablemente sobre el incipiente Tribunal que tendrá lugar en primavera, conversación durante la cual la madre superiora Psellus expresa su decepción por la oposición del Tribunal en ayudar a la causa del Reino de Tesalónica, al borde del sometimiento al déspota Teodoro I Comnenos de Epiro. Mi señor d’Ancelin la convence de que su presencia en el Tribunal podría ayudar a su causa, y la hermana Psellus decide finalmente acudir al Tribunal.

También menciona la maga Psellus durante estas conversaciones las circunstancias de la muerte del Emperador Henri de Flandes en el año de Nuestro Señor de MCCXVI, así como la historia del Reino de Tesalónica. Según relata la santa maga, el Reino de Tesalónica fue fundado por Boniface de Montferrat después de que perdiera su apuesta para convertirse en Emperador Latino ante Baudouin I. Boniface se casó con Margit de Hungría, viuda del Emperador Isaac II Angelos, y casó a su hija Agnes de Montferrat con el Emperador Henri, pero murió al poco a manos de los búlgaros.

Tras aquello el joven hijo de Boniface, Demetrios, ocupó el trono, pero los barones lombardos lo desaprobaron y constituyeron su propia regencia bajo el liderazgo del Conde Oberto II de Biandrate. El Emperador Henri acudió con un ejército a Tesalónica en el Año de la Encarnación de MCCIX y encerró al Conde de Biandrate, aunque este recibió el perdón tres años más tarde.

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Según explica la dama de Tesalónica, hace cinco años el reino se encontraba bajo el ataque del Despotado de Epiro, cuando Biandrate volvió y reclamó la regencia. El Emperador Henri acudió de nuevo a restaurar al heredero legítimo, pero encontró la muerte en misteriosas circunstancias al poco de llegar. La creencia popular atribuye su muerte a un envenenamiento por parte de su esposa María de Bulgaria, pero Anna Psellus afirma que el verdadero responsable fue Biandrate. Según cuenta, contaba Biandrate con la presencia de dos extranjeros de Levante de nombres Ridwan y Dawud, cuyas descripciones coinciden con aquellas de los dos asesinos enviados a Constantinopla para acabar con el futuro Emperador Robert de Courtenay, cuyos hechos ya se han relatado con anterioridad. Biandrate presentó a estos extranjeros al Emperador Henri como parte de su comitiva, y Anna Psellus está convencida que durante este encuentro envenenaron al Emperador, causando su muerte al día siguiente.

Tras aquello, la Reina Margit huyó a Atenas, dejando a su hijo Demetrios detrás, bajo la regencia de Biandrate.

Poco después, mi señor d’Ancelin sigue camino hacia Atenas a bordo de la Celeno, con intención de visitar a su hermano el señor Alban d’Ancelin. La Maia queda en Tesalónica hasta la primavera, donde maese Allectoros negocia con considerable éxito el transporte de algunas mercancías hacia Levante, evitando así en parte las pérdidas de un viaje de vacío.

Índice de contenidos de los anales

La balada del españolLa balada del español

Master: Ricard

Jugadores: Enric, XAS, Andrés, Arturo, Marcos y Dani Julivert

Sistema de juego: Far West

Horario: Martes Tarde (en su turno de juego)

Monta en tu ruano, desenfunda tu seis tiros y galopa hacia la aventura de tu vida… Cruzarás Río Grande para adentrarte en territorio Comanche, te pudrirás en las cárceles mexicanas, lucharás en las filas juaristas contra Maximiliano y perseguirás un buen montón de plata maldita… Y sobre todo, participarás en la más endiablada cacería humana que puedas imaginarte, siguiendo el rastro de un maldito hijo de perra al que poco a poco aprenderás a odiar. Todo ello, acompañado de la más eficaz y carismática agente a las órdenes de Juarez : Sarita Veracruz, «La Chamuscada». Esta aventura puede hacerte recorrer todo el territorio de México, y llevarte más lejos aún… Quizá hasta una ciudad llamada Madrid.

Nota: Esta es una partida arbitrada en las sesiones entre semana de los martes. Esto quiere decir que la periodicidad de esta partida no se engloba en el calendario habitual del club, sino que se arbitra semanalmente los martes por la tarde, alternándose con el resto de partidas de esa franja horaria.

Nota: Esta partida ya no está en activo.

Cultos InnombrablesCultos Innombrables

Master: Ricard

Jugadores: Enric, Arturo, XAS, Andrés, Marcos, Dani Julivert

Sistema de juego: Cultos Innombrables

Horario: Jueves Tarde (en su turno de juego)

Contempla los Mitos de Cthulhu desde una perspectiva totalmente nueva y participa en la guerra secreta por el poder y el favor de los dioses que se libra en el mundo actual. Crea tu propia sociedad para el estudio de lo oculto y usa el poder de los Mitos para tus propios fines intentando no caer en una espiral de locura y destrucción: ahora formas parte de los Cultos Innombrables.

Nota: Esta es una partida arbitrada en las sesiones entre semana. Esto quiere decir que la periodicidad de esta partida no se engloba en el calendario habitual del club, sino que se arbitra semanalmente los jueves por la tarde, alternándose con el resto de partidas de esa franja horaria.

Nota: Esta partida ya no está en activo.

En donde se detalla la reunión de mis señores con Theodoros Branas y la solución al problema de los Nizari Isma’ili

Siendo el decimoctavo día del mes de marzo del Año de la Encarnación de MCCXXI mi muy noble señora Thubayta Bint Al-Hasan Al-Halqa Al-Shafiyya Ex Miscellanea se reúne con Alessandro Mauroceni, hijo del veneciano Enrico Mauroceni, y con el hombre de confianza del segundo, Carlo Aggrinio, para solicitar una entrevista con Su Alteza Imperial, el co-regente Theodoros Branas, con objeto de comunicarle la conspiración del co-regente Geoffroy de Merry y también de averiguar si fuera posible alguna cosa más sobre los extraños sucesos que rodean la desaparición del muy noble Aindreas Eiredopoios. Tras una breve conversación, y al exponer su intención de revelar al señor Branas la conspiración del señor de Merry, se reúnen con el padre, Enrico Mauroceni, y acuerdan que este concertará la entrevista con el dignatario a la mayor brevedad posible. Esa misma tarde, Aggrinio hace a mis señores llegar una misiva de su señor Enrico informándoles que el co-regente imperial Branas les ha concedido entrevista para el día siguiente, el decimonoveno del mes de marzo. Tanta prontitud es sorprendente tratándose de alguien de tan elevada posición como el co-regente imperial Theodoros Branas, cosa que atrae la atención de mi señora causándole una cierta alarma.

Al día siguiente, decimonoveno del mes, acude mi señora a la entrevista en compañía del muy santo padre Simón Ristopoullos y del siempre prudente chambelán Sofronios Diacheiristés, que les instruye previamente en las múltiples complejidades del protocolo imperial de palacio y la etiqueta de comportamiento adecuada para tan fausta ocasión, y les informa que el señor Branas es un hombre de gran piedad en la fe Ortodoxa. En la entrevista les recibe no tan solo el co-regente imperial Branas sino también su esposa, la viuda imperial Anna de Francia, que prudentemente no participa en demasía en las conversaciones, aunque parece mostrarse divertida por la torpeza de mis señores en los aspectos relacionados con el protocolo de la corte.

Mis señores le exponen los entresijos de la conspiración del co-regente imperial de Merry tras ser introducidos por Enrico Mauroceni, y Su Alteza Imperial les realiza diversas preguntas sobre la naturaleza de la amenaza y las posibles formas de proteger al futuro Emperador Robert de Courtenay durante la ceremonia de coronación. Aunque mi señora Thubayta, haciendo gala de una gran prudencia, enmascara la naturaleza mística del ataque de los Nizari Isma’ili bajo el pretexto del uso por parte de estos de algún tipo de veneno de contacto, el co-regente imperial Branas da la impresión de entender la verdadera naturaleza subyacente de la amenaza, convenientemente oculta bajo el prudente velo de alegorías que teje mi señora.

Tras deliberar respecto a la delicada situación, Mauroceni y Branas convienen que lo más prudente será que mis señores preparen una emboscada a los asesinos Nizari Isma’ili la mañana de la coronación cuando se dirijan a la mezquita de Mezar ’Eba’h, de la que de todas formas mi señora no habla ni al señor Mauroceni ni a Su Alteza Imperial Branas. Armados de una prudencia adicional se decide también proveer al futuro Emperador Robert de alguna reliquia de entre las que restan aún en Haghia Sophia, oculta entre las ropas ceremoniales para que la gracia de Nuestro Señor le proteja de las hechicerías impuras de los asesinos musulmanes, para el caso de que la emboscada no concluya con éxito.

A sabiendas de que la voluntad del Altísimo protegerá al Emperador de brujerías impías una vez haya sido coronado, resulta ahora evidente la culpabilidad del co-regente de Merry en la forma en que hizo modificar el protocolo de la ceremonia. Según explica Su Alteza Imperial Theodoros Branas, de Merry hizo adelantar el besamanos que normalmente tendría lugar tras la ceremonia de coronación, de tal forma que él y sus invitados besen la mano de Robert de Courtenay antes de que sea ungido Emperador. Menciona así mismo que entre los acompañantes del co-regente de Merry se encuentra un individuo extranjero al que el co-regente Branas no ha visto jamás anteriormente, y cuya descripción parece coincidir con la del Nizari Isma’ili conocido como Ridwan.

Tras discutir estos asuntos, el regente Branas y el señor Mauroceni comentan entre ellos la posibilidad de que el actual podestá veneciano Jacopo Tiepolo deba abandonar el cargo en un futuro cercano para atender a mayores intereses políticos en la Serenísima República. Ambos coinciden en que es extremamente probable que Tiepolo marche pronto hacia Venecia, y en la necesidad de elegir un nuevo podestá tan pronto esto ocurra. Aunque Branas deja bien claro que él no tiene influencia en los asuntos internos de los ciudadanos de la Serenísima República, ambos convienen en que es un asunto de capital importancia para el Imperio Latino, y el co-regente Branas garantiza a Mauroceni que no olvidará la ayuda que le ha prestado al advertirle del intento de asesinato del futuro Emperador.

Cuando el regente Branas da por finalizada la reunión y mis señores se encuentran ya dispuestos a retirarse, el dignatario les conmina a quedarse con él y su esposa un tiempo más para tomar un té, dando antes permiso al señor Enrico Mauroceni y sus acompañantes para que se retiren, cosa que molesta visiblemente al Mauroceni. Ya solos, y tras hacer marchar a los soldados, el co-regente imperial pregunta a mi señora por el otro asunto que deseaban tratar, el de la desaparición del señor Aindreas Eiredopoios y los sucesos que rodearon la muerte del curtidor Damiskos a manos de Geoffroy de Merry. El muy santo padre Simón expone al Branas los motivos de sus pesquisas, esto es, la promesa que realizó al padre Scopas Dariopoulos de Selymbria, así como las cosas que ha averiguado tras hablar con el curtidor Achaeos Damiskopoulos.

La esposa de Branas, Anna de Francia, interviene en este punto, y narra al padre Simón la trágica historia de la mujer Demetria, la esposa del curtidor. Según narra la viuda imperial, la mujer había sido una amiga de su infancia en los tiempos en que se encontraba casada con el Emperador Andrónikos I Comneno el Cruel, siendo en aquella época su confidente y solaz ante la crueldad intolerable de su esposo, pero también amante de dicho emperador.

Tras la muerte de Andrónikos en el Año del Señor de MCLXXXV, el padre de Theodoros Branas, el general Alexios Branas, tomó a la amante de este y confidente de Anna bajo su protección junto con su hijo recién nacido, Alexandros. Alexios escondió a ambos con la ayuda de uno de sus vasallos, Aindreas Eiredopoios, que encargó a un curtidor de su confianza, Damiskos, que la tomara por esposa y para así mantenerla oculta. Según Theodoros Branas, el motivo principal por el que su padre decidió ocultarlos fue la condición de Alexandros de porfirogénito, es decir que había nacido en el púrpura, lo que le otorgaba grandes posibilidades de llegar a aspirar al trono en un futuro. Tras la muerte de su padre al año siguiente al rebelarse contra el nuevo emperador, Theodoros siguió manteniéndolos ocultos a través el señor Eiredopoios.

Durante el saqueo de la capital imperial en el Año de la Encarnación de MCCIV Geoffroy de Merry mancilló la honra de Demetria y mató a Alexandros Porfirogénito sin ser consciente de quienes eran. Cuando el señor Aindreas Eiredopoios, que había tomado un gran cariño por Alexandros y cuidaba de su bienestar como si fuera un hijo suyo, descubrió lo sucedido montó en cólera y se enfrentó al señor de Merry, con funestas consecuencias. Al año siguiente su hijo Sanartemides acudió a la capital e indagó sobre el paradero de su padre, descubriendo lo que había sucedido. Por desgracia como resultado de sus pesquisas el señor de Merry averiguó la identidad de Demetria y, siendo en palabras de Anna de Francia “un hombre cruel que toma gran regocijo del tormento ajeno”, además de un enconado y acérrimo enemigo de su esposo Theodoros, decidió agraviar a Anna, y a través de ella a su esposo, causándole congoja a Demetria con sus frecuentes visitas.

Al acabar la reunión, Su Alteza Imperial Theodoros comparte con mis señores su opinión de que es mejor que estos asuntos, ahora ya irrelevantes tras la muerte de madre e hijo, permanezcan secretos para evitar mayores pesares que no ayudarían a nadie. También afirma que tiene plena confianza en que la justicia del Señor verá que el culpable reciba su justo castigo, e insinúa que la información que mis señores le han proporcionado será el instrumento del Señor para que él mismo ejecute este castigo. Anna de Francia por su parte agradece al padre Simón su preocupación por el destino de la que fuera una de las pocas amigas que tuvo en su niñez, le asegura que el señor Aindreas recibió cristiana aunque anónima sepultura una vez encontraron su cuerpo, y le garantiza que su puerta estará siempre abierta en caso de que necesite alguna cosa de ella o de su marido.

Finalmente llegado el día de la coronación, el vigésimo quinto del mes de marzo, reciben esa misma madrugada mis señores una visita en la alianza de Ourobóros mientras se preparan para partir hacia la emboscada. El arché Teodoreto Criamonistes filius Rayan se presenta acompañado de Wilrich Flambonistes filius Thormod y otros dos magi de la alianza de Mikaelos Pinakion, el Quaesitor Kyrillos Jerbitonistes filius Helena y el genovés Georgios Jerbitonistes filius Zacharias, operando todos ellos en condición temporal de hoplites para apoyar a mis señores en su cacería del mago árabe invasor. Juntamente con mi señora Thubayta, el arché y los hoplites, se une también a la cacería mi muy sabio señor Hyperides Hylas Verditistes filius Euxodia, el siempre pío padre Simón, el guía árabe Khalid y varios grogs encargados de proteger a mi señor Hyperidas y mi señora Thubayta.

Poco antes del amanecer se encuentra el grupo entero apostado en el Puente de San Mikaelos Maleinos en espera de la llegada de los árabes, cuyo avance vigila Khalid, alertando a mis señores cuando se aproximan al puente mediante su leal cuervo Nychta. Una vez llegan al puente los dos árabes, pueden apreciar mis señores que van acompañados por una mujer joven y un hombre de gran tamaño, ambos embozados. Determinan mis sabios señores que se trata de dos de los djinn de Ridwan corporeizados, siendo sin duda la muchacha la ghula llamada Wahhabba, mientras que el tercer djinni, aquel que semeja un guerrero árabe, les acompaña en forma espiritual.

Tan pronto los asesinos y sus acompañantes se encuentran dentro del puente, avanzando de uno de los portones al otro, mi señor Hyperides Hylas lanza sobre el puente el aroma del sueño apacible, un poderoso hechizo que hace caer inmediatamente en un plácido sueño a todos cuantos están en el puente, a excepción del djinni inmaterial y el que está manifestado corpóreamente como un hombre de gran tamaño. Inmediatamente los hoplites Wilrich y Kyrillos arrojan sendos pilums de fuego sobre este último, pero no logran alcanzarlo antes de que aferre al hechicero Ridwan y una botellita que este porta al cinto, desapareciendo ambos al instante de forma portentosa. Los hoplites, queriendo sin duda asegurar la victoria, impelen otros dos pilums ardientes sobre Wahhabba, incinerándola por completo. Mientras tanto, el cuervo Nychta parte en persecución del djinni inmaterial, que ha emprendido la huida volando por los aires propulsado por un seco viento del desierto que no sopla sin embargo en el mundo material.

Mis señores, tras tan rotunda victoria, apresan al Nizari Isma’ili restante, aquel conocido como Dawud, y comprueban que la ghula no ha dejado cadáver tras de sí, aunque si encuentran su kemençe que contiene dos peones de vis de Mentem, y que queda temporalmente bajo custodia del arché Teodoreto para presentarlo en el inminente Tribunal, aunque tanto el arché como el Quaesitor Kyrillos no expresan duda alguna de que dicha vis corresponde a mis señores Hyperides y Thubayta. También afirman no tener duda alguna de que los hoplites serán recompensados con un psephos cada uno, y mis señores con dos psephos cada uno, por los servicios prestados al Tribunal en la detección, cacería y destrucción de la amenaza árabe.

Al cabo de unas horas, el cuervo del guía Khalid regresa, informando que ha perseguido al djinni hasta que este ha emprendido viaje más allá de las murallas de la Sagrada Constantinopla y en dirección al Mar de Mármara, sin duda escapando de vuelta a sus tierras natales. De todo ello infieren mis señores que el peligro ha pasado y que Ridwan, aunque huido, ha vuelto sin duda a su hogar, derrotado y seguro de no volver ya a acabar su nefando encargo.

Índice de contenidos de los anales

hero-championsHERO Champions

Master: Dioni

Jugadores: Enric, Francisco y Skaven

Sistema de juego: HERO System

Horario: Semana A1, Sábado Noche

Tres hermanos mellizos (que no gemelos) descubren sus poderes al llegar a la adolescencia. Sus padres les advierten para que pasen desapercibidos y se mudan a otra ciudad. Mental, Luz y Sombra, dos chicos y una chica, empiezan el último año de educación secundaria (el 12 grado americano) en una flamante High School de una ciudad de la costa californiana muy parecida a la Neptune City de Veronica Mars.

Nota: Esta partida ya no está en activo.

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